Capital: Suva
|
El profundo problema que opone a los indígenas melanesios con los indios inmigrantes permanece sin resolver en Fiji. La población indígena ha adoptado varias marcas de cristiandad la cual practican fervientemente pero permanecen atados a sus valores tradicionales. Las comunidades melanesias poseen el 90 por ciento de la tierra, pero las personas son relativamente perezosas y comodón, y muchas se satisfacen con la agricultura de subsistencia. Los indios (90% hindues y 10% musulmanes) son los descendientes de los agricultores importados desde India hace más de un siglo. Siendo ahorrativos y trabajadores, les va bien en el comercio y en el cultivo de la caña de azúcar en las tierras comunales que se alquilan por una miseria. Los indios se han desarrollado más rápido que sus anfitriones melanesios, a quienes casi igualan en número y los dominan económicamente. Las dos comunidades coexisten pero no se mezclan. Han habido disturbios y golpes en 1997 y en el 2000. Sin embargo, Fiji es más civilizada que las Islas Salomón, (en donde el canibalismo todavía se practicaba en los años 30) y el problema de Fiji es actualmente inactivo a pesar que sus raíces son más profundas que las del conflicto de Honiara, debido a que involucra a diferentes grupos étnicos y religiones. |
|
Atlapedia CIA Country Reports Lonely Planet Traveldocs |
Nadi es un lugar pequeño con sólo 30 000 personas. Había estado allí hacía dos semanas, únicamente para cambiar de avión en mi camino hacia Honiara y había estado aquí antes para tomar un curso de buceo Padi en 1996.
Ahora, Nadi iba a ser mi base para viajar al interior de la isla, y por otro lado para volar a Nauru y Tarawa, antes de seguir con las Islas Cook.
Primero me hospedé en el Hotel Sunseekers justo al norte de la ciudad y luego me trasladé al Hotel Nadi que se muestra en esta fotografía, el cual estaba más central.
La esquina de la calle Main y de Market Road está el centro de Nadi.
Los grupos religiosos son muy activos en este lugar al igual que en cualquier otra parte de las islas del Pacífico. No tenía idea a qué denominación pertenecía este grupo pero si el entusiasmo que ponían al cantar y su forma de moverse indican algo, seguramente van a ir a donde ellos creen ir.
Los creyentes hindues están igual de convencidos de sus verdades absolutas pero hacen menos ruido al respecto. Compensan su silencio con las grotescas figuras pintadas con colores llamativos, las cuales decoran la mayoría de sus templos.
No todos los templos hindues son tan exagerados como el templo grande en Nadi, aquí hay uno modesto en el campo, en la carretera entre Nadi y Sigatoka.
Y aquí hay otro.
Tomé un recorrido nocturno organizado hacia el interior hasta el pueblo de Bukuya para satisfacer mi curiosidad acerca de la forma de vida de los melanesios.
No me decepcioné por el escenario, el cual era magnífico pero sentí que los otros aspectos del recorrido estaban arreglados y hechos a la medida para los turistas.
Estoy seguro que hubiera aprendido más acerca de la realidad de la vida en el interior si hubiera podido vagar por estas colinas en un 4 por 4 yo solo o con otras dos o tres otros curiosos para compartir los gastos.
Esta es Bukuya. Todas las casas tienen techos de hierro galvanizado excepto algunas chozas que están reservadas para los turistas, a la derecha de esta fotografía, y la casa ceremonial del jefe.
Esta era la choza en donde supuestamente debía experimentar algo acerca del estilo de vida de los melanesios. No me importó dormir en el piso ni que faltaran comodidades, pero sentí que era un poco costoso pagar US$50 la noche.
Esta era la casa ceremonial del jefe la cual no pudimos ver porque él nos recibió en su usual casa de hierro galvanizado.
Aquí está el jefe hereditario de Bukuya. Ser jefe es un trabajo de tiempo completo ya que no contribuye con nada más a su comunidad. Se propuso ser arrogante acerca de sus privilegios los cuales incluían ser grosero con su esposa quien nos preparó el kava ceremonial.
La esposa del jefe hacía reverencia a sus violentas órdenes de prepararnos kava y un pequeño niño aproximadamente de 10 años entró para distribuir cuencos de coco con el suave narcótico para el jefe y sus 4 invitados.
La esposa del jefe era acogedora y muy amigable y tuvimos unos momentos muy bonitos después que él se fue. Todavía no sé si el jefe realmente era el bastardo que parecía ser o si solamente estaba haciendo un espectáculo para impresionarnos con el poder que los jefes tradicionales ejercían en el pasado. De cualquier manera, me pareció de mal gusto.
Luego visitamos a una familia cercana en donde la esposa cuidaba a sus hijos mientras su esposo dormía en el piso.
De regreso a nuestras chozas, nos encontramos con un grupo lavando ropa en un arroyo de la montaña.
Mi impresión total de Bukuya no fue muy positiva pero debo mencionar que la familia que nos hospedó hizo todo el esfuerzo por hacerlo bien. La cena de pescado, taro y vegetales estaba deliciosa y la compañía de Peter, Emma, Lucy, Amalia y Julia salvó el día.
Generalmente tengo un prejuicio positivo a favor de la gente y los lugares que visito, pero rápidamente lo pierdo si me doy cuenta que estoy siendo manipulado o me están engañando. Realmente no sé qué fue lo que me desilusionó en Bukuya. El pueblo de Bechiyal en Yap también estaba organizado para atender a los turistas y me encantó. Tal vez fue la arrogancia del jefe, o tal vez no me gustó que me sirvieran del kava barato que venden en las tiendas después de haber honrado al jefe con un gran regalo de raíces de kava natural que valen 10 veces más. Tal vez fue otra cosa, ¡algunas veces cosas pequeñas hacen que una situación se eche a perder!
Sin embargo, me alegré de regresar al Hotel Nadi y quedarme un par de días antes de tomar mi vuelo hacia Nauru.