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Capital: Madrid
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Los iberos, quienes le dieron el nombre a la península, eran originalmente un pueblo del norte de África que se convirtió en el elemento etnológico más promitente de esta tierra alrededor del año 1000 A.C. Se les unieron los celtas, quienes migraron desde Francia, y su mezcla formó el pueblo llamado celtíbero, que vivieron principalmente en la región central, el oeste y a lo largo de la costa norte. Los fenicios establecieron hace mucho una colonia en el lugar que hoy es Cádiz y gran parte de la península fue conquistada por el general cartaginés Amilcar Barca alrededor del año 230 A.C. La región se convirtió en un campo de batalla durante las Guerras Púnicas en las cuales Roma expulsó a Cartago de la península en el año 206 A.C. Hispania era una de las áreas más rentables del Imperio Romano, sus granjas proporcionaban granos y sus minas, hierro, cobre, plomo, oro y plata. En el año 409 D.C., los invasores teutónicos cruzaron los Pirineos. Los alanos, vándalos y suevi arrasaron la península, pero el reino visigodo católico de Toulouse, vasallo nominal de Roma, se apoderó y controló el territorio desde el Estrecho de Gibraltar hasta el norte del Río Loire en lo que es Francia hoy en día. Tres siglos después, los fanáticos bereberes musulmanes del norte de África invadieron la península en el año 711 y continuaron hacia el norte hasta que fueron detenidos y expulsados por Carlos Martel en Poitiers en 732. La dinastía teocrática Umayyad gobernó a la España musulmana hasta que fue derrotada en 1086 por los reformadores musulmanes Almorávide saharianos, quienes también cayeron 60 años más tarde ante otra secta berebere fanática, los Almohades de las montañas Atlas. Mientras tanto, algunos reinos visigodos cristianos sobrevivieron y florecieron en el norte (Asturias, León, Navarra, Castilla, Aragón, Cataluña) y ocuparon casi un cuarto de la península. Después de gran lucha interna, finalmente se unificaron bajo el liderazgo de Castilla y, apoyados por una cruzada internacional convocada por el Papa, emprendieron la reconquista de los territorios que habían perdido. Para el año 1250 los musulmanes habían sido expulsados de la península, a excepción del Emirato de Grenada que cayó dos siglos después en 1492 antes de la alianza de los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Cristobal Colón salió en su famoso viaje en agosto de ese año. Esto marcó el inicio de la expansión de España, primero en Marruecos, luego en el exterior en América y el Pacífico. Al crecer su poder, Isabel y Fernando restablecieron la inquisición (bajo el infame Torquemada) y persiguieron a los judíos y musulmanes, apoderándose convenientemente de sus propiedades. En 1519, la corona pasó a Carlos de Habsburgo que luego se convirtió en el Santo Emperador Romano Carlos V que gobernó España y sus colonias, Austria y los Países Bajos, así como partes de Francia, Alemania e Italia. Este inmenso poder, estableció una tradición de absolutismo, bendecido por la iglesia en España. Obviamente, el poder venía de arriba, de Dios, a través del Papa, los obispos y los reyes. Ejércitos de aventureros españoles salieron con la espada y la cruz a conquistar y convertir al mundo en nombre de Dios. Destruyeron a los pueblos indígenas de Centro y Sudamérica y erradicaron lo que pudieron de las culturas paganas Azteca e Inca. No hacían mal, porque tenían la Verdad Absoluta. En mi opinión, las actitutes culturales inflexibles establecidas por las monarquías católicas absolutistas explican la violencia de la lucha entre los liberales y conservadores españoles. Y lo que es más importante, la creencia en que el poder es dado por Dios se expandió a las colonias españolas y explica la dificultad de establecer verdaderas democracias en los países hispanoparlantes de hoy. En el siglo XVIII, Fernando VI y Carlos III abolieron la Inquisición, expulsaron a los jesuitas retrógrados e intentaron modernizar e industrializar el país, pero era demasiado tarde. La guerra con Francia que siguió a la Revolución Francesa, la ocupación de Napoleón y la Guerra de Independencia Española dejaron a España debilitada y dividida. La lucha civil entre los conservadores extremistas que restablecieron la Inquisición y los liberales anticlericales que se apoderaron de las propiedades de la iglesia, siguió de manera violenta durante el siglo XIX. En 1873, Cortés se las arregló para proclamar la República Federal de España, pero once meses después, la iglesia, el ejército y los terratenientes restablecieron la monarquía y la lucha continuó sin disminuir. Durante este período, las colonias americanas de España aprovecharon esta situación para obtener su independencia y la Guerra Americana Española de 1898 le costó a España sus últimas posesiones, Cuba, Puerto Rico, Guam y las Filipinas. España perdió su oportunidad y entró al siglo XX como una monarquía constitucional, condenada a la inestabilidad por parte partidarios apasionados del Anarquismo, Marxismo y Socialismo, compuesto por el separatismo Vasco y Catalán. Hubo 33 gobiernos diferentes durante el reinado de Alfonso XIII que duró desde 1902 hasta 1930, incluyendo el del General Primo de Riviera, quien estableció una dictadura militar en 1923. Cuando el régimen de Riviera no pudo traer progreso económico, Alfonso tomó las riendas nuevamente pero pronto abdicó en favor de una segunda república promulgada en 1931. En 1936, los partidos izquierdista formaron un Frente Popular y tomaron el poder por medio de elecciones nacionales libres. Los conservadores y el ejército se rebelaron y la guerra civil siguió. Los rebeldes, llamados Nacionalistas, eran dirigidos por el General Franco y tenían el apoyo de la Alemania Nazi y la Italia Fascista. Los defensores de la república (Republicanos), recibieron ayuda de la Unión Soviética y voluntarios internacionales. La guerra fue increíblemente violenta y duró tres años, dejando a España en ruinas, dividida y en las garras del dictador Franco. En 1973, Franco empezó a aflojar su control absoluto y se intensificó el desacuerdo político. Al morir Franco en 1975, Juan Carlos I, el primer rey en 44 años, se convirtió en la cabeza de estado de una monarquía constitucional que alimentaba una delicada democracia amenazada a su vez por ultra conservadores y comunistas y por aspiraciones separatistas de los Vascos y Catalanes. El buen gobierno y la concesión de autonomía a las provincias Vasca y Catalana fortaleció la democracia e hizo posible que España se uniera a la Comunidad Europea en 1986. La España de la actualidad ha avanzado mucho y ha dejado de ser el país subdesarrollado que conocí en 1960. Ahora tiene infraestructuras modernas (carreteras, ferrocarriles, hospitales, escuelas) y su economía va bien. |
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La plaza llamada Puerta del Sol, ubicada en el centro de Madrid, está considerada como el centro de España. Es el kilómetro 0, desde el cual se mide la distancia hacia todas las demás ciudades españolas (en realidad, el verdadero centro geográfico de España está cerca de Aranjuez a unos 50 kms. al sur de aquí). La estatua ecuestre del centro representa al Rey Carlos III de Bourbón, quien modernizó España a finales del siglo XVIII.
Mi vuelo desde Montreal llegó al aeropuerto Barajas a las 9 a.m. Tomé el autobús del aeropuerto hacia la plaza Colón y luego el Metro hacia Puerta del Sol, donde encontré una habitación con vista a la plaza en el Hostal Ruano por US$ 18 la noche.
En el centro de Madrid, al este de la Plaza Sol, se encuentra un gran parque llamado atinadamente "Buen Retiro", donde los madrileños pueden escaparse del ruido y el ajetreo y disfrutar fuentes como esta "Fuente de la Alcachofa". Una de las más famosas galerías de arte europeas, el Museo del Prado, está a corta distancia hacia el oeste.
Pueden tomar esta pequeña y amistosa "Calle de las Huertas" para llegar desde el Museo del Prado hasta la Plaza Mayor sin utilizar las avenidas principales bulliciosas.
En el extremo este de la Calle de las Huertas se encuentra la Plaza Santa Cruz y el Hostal Cruz Sol, donde me quedé por US$ 15 la noche, cerca de la Plaza Mayor.
La elegante Plaza Mayor construida en 1619 por Felipe III, fue el escenario de las festividades reales y las corridas de toros, pero también fue escenario de autos de fe y ejecuciones públicas a garrotazos.
Más al este, el Ayuntamiento del siglo XVII que se encuentra a la derecha de la Plaza de la Villa es otro buen ejemplo del estilo que desarrollaron Juan de Herrera y Juan Gómez de Mora.
Aún más al este se encuentra el Teatro Real, el cual mira hacia el Palacio Real.
El inmenso Palacio Real fue construido en 1734 por Felipe V, con el propósito de igualar a sus equivalentes europeos (Shönbrunn, Versailles, etc.), con sus 2800 habitaciones.
Madrid tiene también partes modernas con rápidas avenidas y edificios altos, como pueden ver en la Plaza Colón, donde tiene su parada el autobús del aeropuerto.
Por último, la muy importante Plaza de Toros, ¡la cual no puede faltar en ninguna ciudad española que se respete, sin importar su tamaño!
El antiguo Toledo romano era una fortaleza natural rodeada por el río Tagus por sus tres lados. Fue conquistada por los romanos en el año 193 A.C., quienes la hicieron la capital de Carpentia. Fue allí donde el rey visigodo Roncared se convirtió al Catolicismo en el año 670 D.C. Fue el hogar de los católicos que hablaban árabe, durante el período moro y fue reconquistada por Alfonso VI en 1085. Luego se convirtió en la localidad de la iglesia Católica en España y una de las residencias principales de los monarcas de Castilla y de la corte hasta que Felipe II trasladó la capital a Madrid en 1561.
Aquí pueden ver la iglesia del Monasterio Franciscano de San Juan de los Reyes, con vista hacia las paredes al oeste (tomó 139 años construirla, desde 1477 hasta 1606).
Abajo, a la izquierda, está la vista parcial del frente de la Catedral (no pude hacerme más atrás para tomar el impresionante campanario). A la derecha está la casa donde se dice que el famoso pintor El Greco (Domenikos Theotokopoulos), vivió desde 1577 hasta 1614.
Aquí está el Palacio del Arzobispo junto a la Catedral y el Ayuntamiento. El Arzobispo ejerció una influencia y poder considerables desde este palacio en la España católica. Se dice que Felipe II trasladó la capital de Toledo a Madrid para alejarse lo más posible de ese poder.
Esta vista panorámica muestra la Catedral y Alcázar, que fue localidad de la monarquía hasta que la capital se trasladó a Madrid en 1561.
Esta vista interior de Alcázar parece austera. Fue construida sobre los restos de una fortaleza musulmana del siglo X, (Al Qasr), como residencia real para Carlos, pero ya no tuvo uso cuando la corte se trasladó a Madrid en 1561.
La Plaza Zocodover al norte de Alcázar fue llamada así debido al souq ad-dawab ( mercado de ganado) árabe que había aquí. Ahora es una plaza amistosa donde los toledanos y los turistas vienen a relajarse. Un tren de turistas con neumáticos de hule sale de aquí para realizar un plácido tour de una hora para ver los paisajes de las montañas de Toledo.
Finalmente, una foto más de los muros de Toledo como un recuerdo visual de las mentes cerradas de los monarcas absolutistas que una vez gobernaron la mitad del mundo desde aquí.
