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Capital: Tripoli
Area: 1 759 540kmē Population: 5 593 000 Currency: 1 US$ = dinar GDP: 55/6 125 HDI : 64/801
Languages:
Arab
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La mayor acción económica en esta parte del mundo se ha llevado a cabo en el este (Egipto); o en el oeste (Maghrib) de lo que ahora es Libia, a excepción del papel de las tres ciudades Tripolitanas como terminales marítimas para el comercio con África negra en la antigüedad y el descubrimiento de grandes reservas de gas y petróleo en 1956. Las colonias temporales establecidas por los fenicios para comerciar con las tribus bereberes, se convirtieron en colonias cartagineses alrededor del año 600 a.C. y en importantes ciudades comerciales romanas después de la caída de Cartago en el año 146 d.C. La influencia comercial de Sabrata, Oea (Trípoli) y Leptis Magna se extendía hasta el Níger; pero la invasión vándala en el año 435 destruyó las fortalezas de Sabrata y Leptis Magna, mientras perdonaban a la pequeña Oea. Su comercio declinó por la mala administración y fueron de poca importancia cuando el general bizantino Belisarius invadió el norte de África en el año 534. Sólo Oea sobrevivió para convertirse en Trípoli, ya que Sabrata y Leptis Magna fueron abandonadas después de haber sido saquedas durante la invasión árabe en el año 643. Las dunas de arena cubrieron muchas de sus ruinas y las preservaron hasta este siglo, cuando fueron desenterradas. Durante el siguiente período árabe, toda la acción fue hacia el oeste, mayormente en Kairouan ya que el poder de los Aghlabid, los Fatimid y los Hafsid reemplazó a los Umayyad, hasta que Tripolitania cayó ante España en 1510 y más tarde ante los turcos otomanos en 1551. Los turcos gobernaron hasta 1770 cuando Karamanli, un jefe de caballería, alcanzó el poder y estableció su propia dinastía; la cual duró hasta el retorno de los otomanos en 1835, a quienes los italianos desterraron en 1912. El período italiano fue de poca duración y terminó con campañas de la retaguardia de Rommel contra la invasión británica. Después de la II Guerra Mundial, la ONU decidió la independencia de Libia en 1949 y el Sidi (hombre santo), pro-británico Idris de la Hermandad Sanusi, fue elegido para gobernar como Rey en 1951. Se descubrió petróleo en 1959, y en 1969 un golpe de estado militar dirigido por el nacionalista Mouammar Qaddafi, instaló un régimen socialista que quitó las bases británicas y americanas, y expulsó a italianos y judíos en 1970; nacionalizando la industria petrolera en 1973. Qaddafi siguió apoyando una extensa variedad de movimientos revolucionarios y terroristas en el mundo, como si su misión fuera aislar a Libia de la comunidad internacional. En 1993, la ONU respondió imponiendo un embargo áereo que aún estaba vigente en marzo de 1999, forzándome a venir aquí por tierra. |
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Uno de los lugares que vale la pena visitar en Trípoli es el Castillo Rojo y museo (Assai al-Hamra), gran parte del cual data de los tiempos del siglo XVIII. Se dice que una parte la construyeron los españoles y los Caballeros de Malta de St. John, durante un corto intervalo del cristianismo entre 1510 y 1551, cuando los turcos tomaron posesión.
Las rentas de la industria petrolera nacionalizada le han permitido a Qaddafi modernizar infraestructuras públicas hasta cierta extensión. La asistencia a la secundaria es alta para África, un 80 por ciento, y el analfabetismo ha caído a menos del 25 por ciento.
Mientras que la mayor parte de políticos son pragmatistas antes que nada, Qaddafi es uno de esos líderes únicos y exitosos que se molestan en escribir un libro sobre su visión de lo que ellos consideran una sociedad ideal. Su Libro Verde, que consta de tres partes, es menos elaborado que el "Mein Kampf" de Hitler y más ingenuo que el esotérico Libro Rojo de Mao Tsedong, pero aun así, vale la pena leerlo. Como los otros dos, el Libro Verde fue bastante exitoso porque complace los prejuicios de la audiencia a la que está dedicado. Por ejemplo, recorre una gran camino para demostrar "científicamente" que ¡el lugar de una mujer está en la cocina o con los niños cuando no está en la alcoba!
Aquí esta la entrada principal de la medina, la cual da paso a la Plaza Verde, el corazón de Trípoli. Apenas puede verse el minarete de la Mezquita Karamanli que se esconde detrás de la palmera.
Había recogido mi visa líbia en Túnez, gracias a una invitación proporcionada por la Agencia de Viajes Azar Tours, la cual contacté por medio del Internet. Mi autobús nocturno de Sfax me dejó cerca de las 10:00 de la mañana en un suburbio oriental, a cierta distancia del centro. Estaba desorientado al principio pero las personas fueron de gran ayuda y pronto encontré mi camino a un banco; en donde el afable gerente, me dio un adelanto en efectivo por medio de mi tarjeta de crédito y me mostró el camino a la Posada Juvenil Libia. Estaba sorprendido por tanta bondad, considerando la mala reputación de Libia.
Me sorprendí más de saber que la Posada Juvenil Libia, estaba afiliada al Movimiento Internacional de Posadas; del cual soy miembro. Obtuve un pequeño cuarto por sólo 4 denarios (US$4.60) y pasé algún tiempo aprendiendo muchas cosas acerca del país, de los agradables miembros del personal que vemos aquí; el argelino Abdeldiallil Lallai quien había escapado de la religiosa atmósfera opresiva de su tierra de nacimiento.
Las cosas se estaban poniedo "más y más curiosas" ya que Libia no resultó ser el lugar tan peligroso y aborrecedor del occidente como me habían dicho. Por el contrario, todos los que conocí, sin excepción, eran amigables y serviciales, y muchos se salieron de su rumbo para traerme al lugar que estaba buscando. Talvez era una clase de compensación colectiva a cambio de la actitud hostil oficial de Libia contra el mundo exterior, pero personalmente tengo el presentimiento de que las personas eran amigables y serviciales espontáneamente.
Todavía hay muy pocos turistas en Libia y no dudo en recomendarla. La medina es preciosa y no se mantiene abarrotada, según pueden observar aquí y en las fotografías de abajo.
El apogeo de Tripolitania vino realmente en los tiempos de los romanos, cuando suplían granos y aceite de oliva al Imperio, y aún controlaban el comercio con África negra. Las ruinas de Sabrata y Leptis Magna son pruebas visibles del pasado próspero de Tripolitania; pero esta arquitectura, construida para hacerle honor a Marco Aurelio en el año 173 d.C. es el único monumento romano que queda en Trípoli.
La fortuna de Sabrata decayó bruscamente después de la invasión vándala del año 435, pero aún no estaba habitada cuando los árabes la saquearon tan fuertemente en el año 643 que tuvo que ser abandonada. Gran parte de ella, incluyendo este teatro, se preservó hasta este siglo debido a las dunas de arena.
Para llegar aquí, tomé un taxi compartido desde Trípoli al pueblo más cercano de Sabrata; y después, un taxi privado con este caballero, Anfata Said, quien estaba muy orgulloso de su inglés tan limitado y que insistió en acompañarme por todas las ruinas para explicármelas.
Desafortunadamente, viajo con una cámara muy simple que no tiene lente de aumento. Sin embargo, esta fotografía compuesta les da una idea las bambalinas tan elaboradas que desarrollaron los romanos en el modelo más simple de teatro que utilizaron los griegos.
El escenario romano que estaba en alto fue decorado con unas esculturas, y aquí hay unos ejemplos de ellas.
Éstas estaban al centro.
Y éstas estaban al lado derecho.
El área residencial fue completamente arrasada, dejando en pie únicamente los dos pilares de granito al centro de esta fotografía.
Tuve que esperar largo tiempo para tomar esta fotografía porque un grupo turístico organizado de Alemania ocupó la escena por una eternidad.
Este mosaico romano fue protegido por la arena por más de 15 siglos. Seguramente no durará tanto si se queda expuesto de esta manera.
Esta fotografía, del cuarto caliente de un baño público romano, muestra claramente el espacio donde circulaban los gases calientes del fuego para calentar el piso falso que estaba encima, antes de ser evacuados a través de una chimenea. Por esta razón, los baños romanos tuvieron la primera radiación indirecta por suelo en el mundo.
Mi conductor de taxi fue de mucha ayuda, pero no era un guía arqueológico y no podía responder muchas de mis preguntas. Tampoco pudo hacerlo el cuidador de la puerta. Habría estado mucho más interesado en este pequeño templo, si hubiera averiguado cuándo y para quién se contruyó, y para qué se utilizaban las cámaras subterráneas que vemos aquí.
Volví a Trípoli y tomé un autobús a Khoms el día siguiente para visitar las ruinas de Leptis Magna.
