Construida en una península estrecha que sobresale del Mediterráneo, Mahdia disfruta de una posición fácil de defender. Se le dio ese nombre por al-Mahdi, fundador de la dinastía Fatimid, quien la convirtió en su capital de 921 a 973. Un siglo más tarde, sirvió como refugio de los Zirids cuando su capital Kairouan fue invadida en 1050.
Su antiguo puerto, el cual dicen que fue excavado primeramente por los cartagineses de la antigüedad, es usado ahora únicamente por los botes de pesca locales. El área que lo rodea es un cementerio musulmán, lo que explica por qué no se ha convertido en una marina para los rebaños de turistas que se congregan en los centros turísticos de la playa al norte del pueblo.
La posición estratégica de Mahdia también era apreciada por los turcos que construyeron el fuerte "Borj el-Kebir", en el siglo XVI, en la colina con vista al antiguo puerto.
Aquí hay otra vista del Borj el-Kebir, viendo tierra adentro por encima del pueblo.
Abajo, a la izquierda, un par de muchachas van hacia algún lugar del antiguo
pueblo con una red de pescar; y, a la derecha, la mezquita, en la plaza justo a las
afueras de las puertas de la ciudad.
Las murallas de la ciudad han desaparecido pero esta monumental entrada-fortaleza llamada "Skifa el-Kahala", que defiende la ciudad en la base de los istmos, afortunadamente se ha preservado. El edificio blanco a la derecha, aloja la oficina municipal de turismo que probablemente es tan importante ahora para el futuro de Mahdia como lo fue en el pasado la gran entrada.
El desarrollo de las provincias africanas de Roma durante seis siglos ha dejado huellas por todo Algeria, Túnez y Libia. El anfiteatro romano en El Jem es uno de los legados más impresionantes de ese período. Fue construido en 232 d.C., por el Emperador Gordian y tenía espacio para 30,000 personas. Si perdonan el juego de palabras, realmente es una gema digna de visitar.
El anfiteatro ha sido saqueado por los materiales de construcción, pero afortunadamente el daño fue limitado, pues estaba en un lugar fuera del camino, el pueblo más cercano es Mahdia, a 40 kms. de distancia. De hecho, la mayor parte del daño fue resultado de luchas políticas del siglo XVII.
El anfiteatro El Jem es más pequeño que el Coliseo Romano, el cual
tiene espacio para 80,000 personas; pero está construido con el mismo modelo
arquitectónico y, como pueden ver en la fotografía, hay partes que se
han conservado mejor.
La gran ciudad de Sfax fue mi siguiente destino. No me molesté en visitar el puerto y los barrios modernos de la ciudad, sino que concentré mi atención en la medina de paredes altas y bien conservadas, algo que realmente vale la pena observar.
Después de la conquista árabe, Sfax se desarrolló como un centro islámico de comercio para servir a los bereberes nómadas. Sus murallas, erigidas originalmente en el siglo IX, recibieron mantenimiento y fueron mejoradas por los nómadas sicilianos en el siglo XII, por los españoles en el XVI, así como por los piratas de la Costa de Berbería en el XVII y XVIII.
Sfax es ahora la segunda ciudad más grande de Túnez. Se han restaurado cuidadosamente las murallas de la medina, a pesar de que el enfoque aquí es la exportación de fosfatos, aceite de oliva y pescado enlatado, en lugar de la atracción de los turistas.
Las murallas son la parte más impresionante de la medina que es pequeña y no tiene orientación turística.
Encontré una habitación barata no muy lejos de la Gran mezquita del siglo X, cuyo minarete pueden ver abajo. El museo estaba cerrado, así que me encargué de la exploración sistemática de la medina y sus murallas.
En un momento, estaba metido en un laberinto de calles estrechas cerca de las murallas orientales al sur de Bab Ghergui, cuando me di cuenta que estaba en el distrito local de la luz roja. Una buena cantidad de hombres se paseaban de un lado a otro del callejón, viendo dentro de las puertas donde las mujeres estaban enseñando su mercancía un tanto descaradamente. No me sorprendió que el negocio más antiguo del mundo estuviera activo en una ciudad islámica como en cualquier otro lugar, pero me impresionó el gran tamaño de las mujeres que parecían atraer más la atención. ¡Obviamente, a los hombres aquí les gusta obtener más por su dinero!
Este es el Ayuntamiento moderno de Sfax en el sur de la medina. Me las arreglé para subir al autobus de Túnez-Trípoli cuando se detuvo apenas por un minuto, frente a la estación del tren que está seis cuadras a la izquierda de esta fotografía. Fue un evento muy interesante, pues tuve que esperar el autobús hasta las 11:30 de la noche sin saber, sino hasta el último minuto, si habría un asiento para mí o no.