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Sabrata era interesante pero Leptis Magna lo era mucho más, no solamente por ser más grande, sino también porque este museo proporciona antecedentes y documentación que hacen todo más significativo para el visitante individual que no cuenta con un guía calificado.
Los estudiosos no están de acuerdo en la fecha de la primer colonización fenicia aquí, algunos dicen que fue en el año 1000 a.C., otros creen que fue más tarde. La fecha más antigua es probable, ya que el excelente puerto que formó la naturaleza en la boca de wadi Lebda debió ser una atracción irresistible para los comerciantes que negociaban en esta costa. Sin embargo, no hay duda que el puerto era parte del Imperio cartaginense desde el año 600 a.C. hasta la victoria final de roma en 146 a.C.
Carretera romana que lleva hacia el teatro.
Leptis se benefició generosamente al negociar con roma oro en polvo, marfil, pieles y esclavos de colour traidos de África Ecuatorial por largas y difíciles rutas de caravanas a través de Fezzan.
La columnata a las afueras del teatro.
Después de la conquista de los romanos, gran parte del comercio permaneció en las manos de los comerciantes ricos cartaginenses; quienes financiaron la construcción de edificios públicos, tales como el teatro construido bajo el gobierno de Anibal Tapapius Rufus en el año 1 d.C.
El trabajo en el teatro continuó al ser embellecido y mejorado a través de los años, las bambalinas de columnas se levantaron en el año 144 d.C.
La exportación de aceite de oliva también era una importante fuente de ingresos, lo que hizo a Leptis próspera y logró financiar la edificación de este mercado en el año 8 a.C. por el mismo Aníbal.
Los comerciantes acaudalados también pagaron por los templos a Liber Pater a la izquierda, y a Roma y Augusto a la dercha, construidos en la plaza antigua cerca del año 10 d.C. ("antigua" a diferencia de la Plaza Severan que se construyó a finales del siglo II).
El pequeño templo, en medio de los pasillos de columnatas detrás del teatro, lo construyó Iddibai Tapapius en el año 42 d.C. para los cultos a emperadores deificados tales como César y Augusto.
El Templo de Serapis con la Basílica Severan al fondo.
Al fondo, el Arco de Tiberio que se construyó en el año 35 d.C. en honor del hijo adoptado y sucesor de Augusto. Al frente, los restos de cuatro portales en forma de arco que se construyeron en el año 109 d.C. en gratitud al Emperador Trajan, por haber otorgado derechos cívicos romanos a los ciudadanos de Leptis.
Estos grandes baños públicos se construyeron alrededor de 120 d.C. y recibieron ese nombre por el emperador de ese tiempo, Hadrian. En esta fotografía, la gran piscina en el "frigidarium" (cuarto frío) del baño público.
El "tepidarium" (cuarto tibio), permitía una transición entre el "frigidarium" a la derecha y el "caldarium" (cuarto caliente) a la izquierda.
El suelo del "caldarium" se calentaba por el pasaje de gases calientes, a través de los espacios que se revelan en esta fotografía. Los romanos tenían radiación indirecta por el suelo antes que nosotros.
Las letrinas. Este es una pequeño ejemplo del tremendo paso retrógrada que dio la civilización con la caída de roma, cuyos ciudadanos conocían las virtudes de la higiene personal y de las letrinas públicas. Diez siglos más tarde, nadie se lavaba en Europa; los Reyes y sus Cortes hacían de todo por los pasillos y las escaleras de sus lindos palacios pues no tenían letrinas. En este tiempo, ¡el perfume no era un lujo, sino más bien una necesidad!
El Emperador Lucius Septimiu Severus, quien nació en Leptis en 146, favoreció su lugar de nacimiento con la construcción de magníficos edificios a finales del siglo II; entre ellos están una gran plaza (de la que solamente se aprecia una cuarta parte en esta fotografía), una enorme basílica y un acueducto subterráneo de 12 kms. Los arcos en la pared al fondo llevan hasta la Basílica Severan.
Este es el lado sur-este de la gran Basílica Severan, que estaba decorado magníficamente y cuyo techo medía más de 100 pies de altura.
Con el respaldo del Emperador Severus, Leptis alcanzó la cumbre de su fama y properidad cuando los comerciantes agradecidos de la ciudad pagaron por la edificación de este arco de cuatro lados, hecho en su honor en el año 203.
Después de eso no se realizaron mayores construcciones en Leptis, a excepción de la arcada de columnas que se construyó en la plaza antigua en el año 317. La serie de crisis sociales, económicas, políticas y militares que sacudieron el Imperio Romano en el siglo IV, tuvo sus repercusiones aquí. A finales del siglo VI, la amarga lucha entre Católicos romanos y Donatistas tuvo toda clase de efectos en la capacidad del pueblo para resistir los severos ataques de los nómadas austríacos del interior. Leptis estaba debilitada y no estaba a la altura de los vándalos, quienes destruyeron las paredes de su ciudad cuando ocuparon Tripolitania en el año 455. Más adelante, la ciudad sufrió batallas entre los vándalos y las tribus de los Bereberes rebeldes, estos últimos recibían apoyo de los bizantinos cuyo general, Belisarius, invadió Tripolitania en el año 533.
Leptis era una sombra de lo que fue, como se comprueba con esta entrada desadornada en la última muralla que construyeron los bizantinos en el siglo VI, para defender un pequeño perímetro alrededor de las intalaciones del puerto de los repetidos ataques de las rebeldes tribus bereberes. Todo lo que permanecía fuera de esta pared era abandonado para que se llenara de lodo de wadi Lebda y se cubriera de arena de las dunas.
Había muerto una gran ciudad, había terminado una época. El ejercito árabe, bajo las órdenes de Amr Ibn El As, se encontró aquí con poca resistencia en su marcha de victoria hacia Maghrib en el año 643...
