La antigua ciudad de Quito fue construida por los conquistadores españoles sobre las ruinas de la capital norte del imperio de los Incas la cual fue arrasada en 1534 por el general Inca Rumiñahui en su retirada. Antes de la hegemonía Inca, el sitio de la ciudad, un estrecho valle protegido por dos hileras de montañas, fue ocupado por siglos por la nación Shyri quien absorbió a la primitiva nación de los Quitus cuyo nombre vive hasta ahora. Este es un sitio muy antiguo, utensilios de la edad de piedra que datan 9 000 años AC han sido encontradas aquí.
La enorme estatua de la Virgen de Quito construida en una colina llamada El Panecillo puede ser vista al final sur de la calle Venezuela, una de las más largas de la ciudad antigua. Desde El Panecillo se puede ver el histórico campo de batalla donde el Mariscal Sucre derrotó a los españoles en la decisiva batalla de la independencia en 1822 en las faldas del volcán Pichincha hacia el oeste. La moneda ecuatoriana lleva el nombre de este gran general.
Siguiendo esta abrupta colina en la otra dirección por la calle Venezuela nos lleva a la gran Basílica cuya construcción ha estado en desarrollo desde 1926. La calle Venezuela es vía pública ocupada, he tenido que esperar por un momento para lograr tomar una foto.
La Plaza de la Independencia marca el centro de la ciudad colonial. La inevitable catedral justo tras de mí estuvo recibiendo reparación pero sí pude fotografiar el Palacio de Gobierno al lado noroeste de la plaza.
Esta construcción punteada al lado noreste de la Plaza de la Independencia, frente a la Catedral, solía ser el Palacio Arzobispal. Es ahora ocupada por tiendas para turistas.
La Escuela Galápagos fue eficiente y me proporcionó un buen apartamento a un precio razonable pero después de dos semanas me cambié a la escuela "American Spanish School" la cual tiene un profesor multilingüe quien pudo mostrarme la sutileza del modo subjuntivo mejor en francés, el cual usa ese tiempo mucho, que en inglés el cual prácticamente no.
Conocí al propietario, Aníbal Proaño, le ayudé a él a mejorar su computadora y él me ayudó con la versión en español de este sitio. En realidad, él ha hecho la mayor parte de la traducción de mis viajes de 1996 alrededor del mundo.
Cenando con Aníbal y su esposa Nora. Aníbal es un amigo dotado que sale adelante por el difícil camino en un país donde las conexiones son importantes. Después de un tiempo como cantante popular abrió un centro de información y una escuela para turistas.
Regresé a Quito después de mi aventura amazónica en el tiempo oportuno para ver la procesión católica en el Viernes Santo la cual representa el tormento de Cristo. Por lo menos 30 "Cristos" como éste se fatigaban bajo pesadas cruces y eran azotados por soldados romanos como éste mientras procedían hacia la Basílica a lo largo de la calle Venezuela al lado sureste de la Plaza de la Independencia.
Cada uno de los atormentados "Cristos" fue seguido por un séquito de estos "penitentes" algunos de ellos azotándo sus propias espaldas o aquellas de los otros delante de ellos. Para mí, estas escenas parecieron enfermizas y me recordaron a los tibetanos haciendo el ritual Korlam. (una serie de 800 postraciones completas "Klangchag", a lo largo de la vía Barkor circundando al más sagrado templo Jokhang en Lhasa).
Realmente me gusta Quito porque Quito fue bueno para mí. Tuve la gran fortuna de conocer a Fernando Moncayo y a su adorable familia mostrada aquí. De izquierda a derecha, Ana Cristina 12, Fernando, Miguel Ignacio 8, Juan Fernando 16, Dalila Moncayo y, siempre el mismo, yo.
Me di cuenta que el intenso amor que fluye entre los miembros de esa familia estuvo mayormente basado en su apasionada mantención de creencias religiosas comunes. Yo, escéptico, estuve impresionado y una vez más envidioso de aquellos para quienes la absoluta verdad existe.
Justo antes de regresar a Montreal disfruté de una noche agradable con Fernando y su afectuosa familia. Después de la cena, los dos niños más pequeños, Ana Cristina y Miguel Ignacio, decidieron darme una exhibición de bailes tradicionales ecuatorianos. Fue absolutamente encantador.