Un fuerte taboo encubre el tema del suicidio aun cuando es parte de la realidad humana. El tema es complejo y los fallos sobre suicidio cubren toda la variedad desde la posición judeo-cristiana de que es un pecado mortal digno del infierno eterno hasta la admiración sin límite de actos heróicos de autosacrificio que son también una forma de suicidio (piensen en los kamikases japoneses en la Segunda Guerra Mundial y los portadores de bombas islámicos de hoy en día). El suicidio sin embargo, es generalmente condenado porque con frecuencia refleja una incapacidad de la sociedad de integrar a todos sus miembros en un todo armonioso. Personalmente, tengo la opinión de que los taboos y la censura generalmente sirven a los intereses de manipuladores y que nos deberíamos sentir libres de explorar todos los aspectos de este asunto. Recientes casos de alta notoriedad de suicidio asistido, eutanasia voluntaria y eutanasia no voluntaria han dado lugar a que la Fundación Humanística de Quebec cree un comité para estudiar esta cuestión. Esta página es un primer intento por clarificar la cuestión de la responsabilidad en el suicidio.
El sistema médicoDominada por el juramento hipocrático, la ética médica impone la obligación de prolongar la vida en todas las circunstancias incluso cuando la calidad de la vida que queda es más importante para el paciente que su duración. La fragmentación de la medicina en más y más especialidades cerradas tiende a concentrar la atención del personal médico en la lucha contra la enfermedad específica que están tratando a expensas del bienestar general del paciente. Finalmente, el progreso de la ciencia médica ahora hace posible prolongar la vida considerablemente corrigiendo muchas deficiencias orgánicas que antes habrían causado la muerte. Todos probablemente sobrevivamos a incidentes médicos que habrían sido mortales unas cuantas décadas atrás. Prolongar la vida se constituye en un logro destacado cuando la calidad de vida puede mantenerse en un alto nivel pero ese no siempre es el caso. Sólo el individio al que le concierne puede evaluar el balance final entre la prolongación de su vida y la degradación de su calidad. Es bastante legítimo para un paciente preferir la muerte a un sufrimiento insoportable en su vida prolongada. Es perfectamente razonable para tal individuo escoger un suicidio racional cuando no hay esperanza de mejorar su condición. Esta liberación es su derecho y el suicidio es legal. No obstante, por lo general el uso de ese derecho es legal sólo cuando el sujeto es capaz de llevarlo a cabo él mismo. En efecto, las leyes de la mayoría de países prohíben que un tercero le ayude a alguien a cometer suicidio. Las excepciones aún son pocas, Suiza, Holanda, Bélgica y Oregon, pero la lista está creciendo. Y aún más, todas las encuestras de opinión pública, y hay muchas, revelan una abrumadora mayoría en favor de la disponiblilidad del suicidio asistido cuando es solicitado por un paciente agonizante buscando ser liberado de un insoportable sufrimiento en fase terminal. Esta contradicción entre las leyes y la voluntad de la gente revela una vez más el fracaso de las democracias expuestas a la intervención de poderosos intereses privados. En el caso del suicidio asistido, las poderosas organizaciones religiosas se las arreglan para imponer su voluntad sobre la mayoría en la mayor parte de países incluso en aquellos que dicen ser seculares.
Entre suicidio y asesinatoIn real life, the specific circumstances of each case introduce a series of greys between the black and white of suicide and murder. The following table seeks to distinguish some broad categories as to the responsibility shared between the concerned individual and the medical profession.XXX En la vida real, las circunstancias específicas de cada caso introducen una serie de grises entre el negro y el blanco del suicidio y el asesinato. La siguiente tabla busca distinguir varias categorías en cuanto a la responsabilidad compartida entre el individuo implicado y la profesión médica.
El suicidio prematuroLos oponentes del suicidio asistido (grupos religiosos) tranquilizan su conciencia afirmando que los "cuidado paliativos" avanzados pueden ahora reducir el sufrimiento físico y moral de los pacientes en agonía terminal en un grado suficiente que se vuelve aceptable rehusarse a la liberación que ellos solicitan. Estas personas con pretenciones de superioridad moral que se apresuaran a dar el "coup de grâce" a animales severamente heridos, no encuentran cruel prolongar la agonía del moribundo porque "sufrir es bueno para el alma" o porque "sólo DIOS debe escoger el momento de la muerte". ¡Qué hipocresía tan monstruosa es que ellos impongan su credo a los otros de esta manera! Deshacerse del problema mencionando los "cuidados paliativos" es sólo una desviación del mismo porque los recursos necesarios para ofrecer tales cuidados en forma eficiente son insuficientes para satisfacer la demanda. La opción de los "cuidados paliativos" será creible sólo si se convierte en una verdadera alternativa frente al suicidio asistido, es decir, cuando los dos estén igualmente disponibles. Si en el momento crítico ni el suicido asistido ni los cuidados paliativos eficientes están disponibles, entonces usted se convertirá, como muchos otros, en un "caso" de enfermedad que el sistema médico combatirá hasta el final (suyo) no importa cuanto sufrimiento le causará eso. La única defensa que usted tendra contra el abuso terapéutico será la de haber tenido la precaución de firmar un testamento biológico ante testigos y distribuirlo lo suficiente como para que el sistema médico no pueda ignorarlo. El pensamiento de que no seré capaz de pedir a mis doctores que me ayuden a poner fin a mi sufrimiento me desespera. Estoy absolutamente aterrorizado por la perspectiva de ser prisionero de una enorme "máquina" medica programada para imponerme toda clase de tratamientos y procedimientos para prolongar mi vida a todo costo sin considerar mi deseo de morir. Si tratamos de ponernos en el pellejo de los pacientes, estamos forzados a darnos cuenta de que prohibir el suicidio asistido es equivalente a una invitación a cometer suicidio prematuramente para evitar ser atrapado por el sistema médico-legal. Bernard Cloutier
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