Naturalmente, el camino de vuelta a Mopti aún estaba lleno de trampas de arena, como la que está frente a nosotros, forzándonos a dejar la carretera y encontrar nuestro propio camino de vez en cuando.
Como pueden ver, mi habitación en el Campamento no era lujoso pero tenía mosquiteros y no estaba mal por US$13 la noche.
Estoy de nuevo en la carretera, esta vez estaba demasiado apretado en la sobrecargada parte trasera de esta "bâché", en el viaje de Mopti a Djenné. Todos están bajándose para abordar el ferry al otro lado del Río Bani, a unos pocos kms. antes de Djenné.
La corriente estaba baja en el Río Bani pues eran finales de febrero. El nivel seguirá decayendo hasta que vengan las lluvias en julio. Más tarde en la temporada, los vehículos podrán cruzar el Bani en una vía que actualmente está sumergida.
Esta es la legendaria mezquita Djenné que aparece en todo el mundo, en los carteles de Mali. Djenné se fundó en el siglo IX, lo cual la hace la ciudad más antigua del Oeste de África, pero su famosa mezquita se construyó apenas a principios de este siglo para reemplazar una similar que existió desde el siglo XI. Esta arquitectura de arcilla seca es una característica atractiva del Sahel, pero es vulnerable a la lluvia y requiere un constante mantenimiento.
El mercado de Djenné del día lunes atrae a personas de todas partes, pero la ciudad es ahora apenas una sombra pálida de su glorioso pasado en el siglo XV, cuando compartía con Timbuktu el control del comercio norte-sur en esta región.
Este gran edificio, que se mira fuera de lugar en Djenné saheliana, se construyó para comerciantes de Marruecos, quienes mantuvieron, por mucho tiempo, una fuerte presencia aquí después de la destrucción del Imperio Songhai ante Marruecos a principios del siglo XVII. Se ha convertido en hotel donde obtuve una cómoda habitación por US$14.
Este laberinto de calles estrechas invita a la mente a divagar unos cuantos siglos en el pasado para imaginar el grandioso Imperio Songhai; cuya distante capital Gao, es más grande pero no se ve tan antigua como Djenné.
Djenné se ha protegido del cambio por su caída como centro de comercio y también por su ubicación a 30 kms. de la importante carretera que une a Mopti con Sanghai, y de allí a Ségou y Bamako.
Esta es la puerta de salida del hotel "Le Campement". No me quejo del lugar donde estuve, pero hubiera preferido quedarme en éste que tiene más estilo.
La puerta de salida lleva a un amplio patio y a éste que es la verdadera entrada al hotel. La próxima vez probaré este lugar.
Aquí hay otra vista del típico y semiárido paisaje saheliano, que tomé en alguna parte entre Djenné y Sanghai, en mi camino a Bamako. Observen los dos árboles de baobab que almacenan agua en sus troncos porosos y el espinoso árbol de acacia que no parece necesitar agua en lo absoluto.
Bamako es una gran ciudad africana con un mercado concurrido y un excelente museo etnográfico. Esta Catedral Católica, un legado de los tiempos coloniales, generalmente esta vacía ya que ésta es una ciudad bastante Islámica. Todo se cierra durante media hora para una oración pública en mediodía, incluso en el atareado centro de la ciudad en donde altoparlantes se aseguran de que nadie se pierda de la oración por no estar atentos.
El signo frente a la Gran Mezquita junto al mercado, significa "las Mezquitas están consagradas para Alá" y demanda: "Por lo tanto, no invoquen a nadie mas que a él". El mensaje obviamente está destinado para la minoría animista del país, quienes invocan sus ancestros así como a los malos espíritus asociados con las fuerzas de la naturaleza.
Este es el pabellón de artesanos en el mercado de Bamako.
Y este es el callejón de los escultores con sus abastecimientos de madera curada.
Este nuevo mercado se construyó para reemplazar el antiguo, el cual se estaba poblando mucho y se estaba volviendo antihigiénico.¡Se estaba atrasando su apertura debido a la pelea interna acerca de la distribución de los puestos entre las distintas familias comerciantes e influyentes involucradas!
En una esquina dedicada a su memoria, el grande idealista africano Patrice Lumumba, levanta su puño para proclamar la liberación africana de la colonización. Cuatro décadas más tarde, es irónico y un poco triste que en la mayoría de países africanos, la gente ha cambiado sus gobernadores extranjeros por locales; quienes son tan ambiciosos y a menudo más crueles que sus predecesores.
La política tribal, el resultado inevitable de la delineación artificial de los "países" dejados atrás por los colonizadores, han llevado al nepotismo y a la corrupción sistemática de oficiales y políticos en todos los niveles del gobierno. Me habría gustado dejar África del Oeste por África del Norte con una nota más positiva, especialmente por el bien de los africanos sinceros, trabajadores y competentes que he conocido; pero les haría un mal si pretendiera que no he visto su lamentable situación.
A propósito, creo que la basura que algunas revistas especializadas imprimen acerca de África, constituye una burla para la libertad de prensa. Creo que es escandaloso cómo algunas revistas de prestigio y papel lustroso no solamente no ven la realidad, sino que descaradamente elogian a los peores dictadores y a los regímenes más corruptos. Afortunadamente, algo de esa basura se lee obviamente como propaganda pagada, que únicamente el más ingenuo puede tomarla en serio. Aún tenemos un largo camino que recorrer... Parece políticamente correcto y valiente reñir con los chinos sobre los derechos humanos, pero, por extraño que parezca, muchos políticos occidentales se sienten orgullosos de fotografiarse apretando la mano, si no es que besando, a dictadores africanos cuyas víctimas no captaron la atención de los medios internacionales.
Es difícil pelear contra la corrupción desde adentro cuando no hay libertad de prensa. En estas circunstancias, se vuelve imperativo pelear contra la corrupción desde afuera atacando a los corruptores. Por consiguiente, aplaudo la generosidad de aquellos países (entre ellos Canadá) que han hecho leyes que hacen un crimen pagar sobornos a oficiales extranjeros.
También aplaudo los esfuerzos de la Transparencia Internacional (TI), cuyo crecimiento exponencial en cinco años ha demostrado la necesidad de pelear contra la corrupción. He agregado el Índice de Percepción de la Corrupción del TI, a la casilla de datos esenciales en los países que pude, para darles una idea de la dimensión del problema. En un mercado global cualquiera se preocupa por la corrupción, incluso en un país remoto y desconocido; tuerce las reglas del juego y nos afecta a cada uno de nosotros indirectamente. Como consecuencia, ruego a todos mis lectores que contacten uno de los 75 grupos de Transparencia Internacional para que vean cómo pueden apoyar ese movimiento, sin importar lo modesto que sean.