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Anterior: Dubrovnik
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Capital: Roma
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Me había apresurado a pasar a través de Italia, desde Malta vía Roma, San Marino y Trieste hacia Ljubljana, todo en dos días porque estaba ansioso de ver que estaba sucediendo en las ciudades balcánicas; y ahora, estaba apresurándome a través de Italia otra vez, desde Dubrovnik vía Bari y de Roma a Madrid, en dos días porque necesitaba llegar a casa para tomar cuidado de mi tobillo. Es una lástima correr por toda Italia de esa manera, ¡hay tanto que ver y que disfrutar en ese país! |
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El transbordador de la medianoche desde Dubrovnik llegó a Bari a las ocho de la mañana, dejándome un día completo para visitar la vieja ciudad antes de tomar el tren nocturno hacia Roma a las 11:45 p.m.
Este es el transbordador croata Jarodlinija que me trajo aquí desde Dubrovnik. Esta fotografía y la anterior, las tomé con una cámara desechable que compré en Dubrovnik después de darme cuenta que mi fina cámara Olympus 115 Zoom ya sólo servía para la basura.
Estaba sorprendido con la calidad de algunas fotografías que tomé con la cámara barata. Abajo a la izquierda, una vista de la Basílica de Santo Nicola, del siglo XI; y a la derecha, una de las calles estrechas de la antigua ciudad que nos hace regresar a los tiempos medievales.
Bari es una ciudad muy vieja, su origen se remonta a la era de bronce. Después de estar en la influencia de la esfera Griega, ésta se convirtió en un importante puerto para los romanos en 180 A.C. En 885, se volvió el trono del gobernador Bizantino de Apulia quien se la había quitado a los Musulmanes Sarracenos. En 1071, Robert Guiscard la capturó para los Normandos después de tres años de asedio, lo que marcó un punto de retorno en las relaciones entre Romanos y Cristianos Ortodoxos. Pedro el Ermitaño predicó ahí la Primera Cruzada en 1096 y Bari se convirtió en puerto para embarcaciones de las cruzadas. Esta fortaleza la construyeron los Normandos cerca de 1100, y la mejoró un siglo más tarde el Emperador Suabo, Frederick II.
Abajo a la izquierda, otra vista del Fuerte Normando; y a la derecha, un patio interno bien habitado del viejo Bari de hoy día.
Al llegar a Roma a las 7:30 a.m. tuve tiempo de tomar el Metro hacia el Coliseo, para ver por mí mismo como se comparaba con el anfiteatro que vi en El Jem de Túnez. Luego tomé el avión hacia Madrid a las 2:30 p.m. y me pase la tarde bebiendo vino blanco, comiendo tapas y platicando con Madrileños en una de las agradables tabernas cerca de la Plaza Sol.
Llegué temprano al aeropuerto la mañana siguiente, pero cuando intenté chequear el equipaje me dijeron que el vuelo directo de Iberia a Montreal de las 14:55, en el cual yo tenía una reservación confirmada, había aceptado demasiadas reservaciones y que no habría asientos disponibles en ese vuelo antes de 12 días. Ofrecieron ponerme en una lista de espera, pero no cambiarían mi boleto a otra aerolínea porque era un boleto no reembolsable y no endosable. Pudieron haberme dirigido por otra ruta en su vuelo de Boston, que no estaba lleno, pero se rehusaron a hacerlo aun cuando ofrecí viajar en autobús Boston- Montreal y correr con los gastos yo mismo. ¡Imbéciles! al final, el vuelo de Boston salió con asiento vacíos y tuve que comprar en otra aerolínea un pasaje sólo de ida para Montreal. Dudo mucho que algún día vuelva a volar con Iberia...
Tenemos un dicho en francés, "Jamais deux sans trois" (nunca dos sino tres). Acababa de tener mis tres rachas de mala suerte, mi tobillo, la cámara e Iberia, ya era hora que mi suerte cambiará a algo bueno; así fue, pues encontré un boleto sólo de ida para Montreal por únicamente !US$400 vía London con British Airways! Llegué a Montreal a las 9:00 de la mañana siguiente, confiado de que la Señora Suerte estaría conmigo, como siempre, en mi próximo viaje.
Entre todo, disfrute un fantástico viaje de 5 meses, vi muchos nuevos lugares y aprendí muchas cosas, !pero lo más importante es que conocí a muchas personas maravillosas!
