Tomé todo un rollo de fotografías en la hermosa Dubrovnik e hice el esfuerzo de caminar alrededor de ella en las murallas para obtener buenas fotografías. Me tomó tres difíciles horas el poder cubrir la distancia de dos km., debido a mi tobillo lastimado. Sólo conseguí unas pocas y a penas presentables fotografías de esto, así que creo haber ganado el derecho de solicitar su simpatía y quejarme de mi mala suerte...
Este es el Portal Pile en el extremo oeste de Placa, que es la avenida principal de la Ciudad Vieja y cuyo extremo este abre hacia el antiguo puerto.
Aquí esta Placa viendo hacia el este, desde arriba del Portal pile, con el Monasterio Franciscano al frente del lado derecho y la Torre Reloj junto a la Puerta del Puerto en el otro extremo.
aquíhay parte de la fortificación de Dubrovnik desde el Portal pile, junto al Monasterio Franciscano, subiendo al bastión nordeste con el nombre de Torre Minceta y luego en dirección este hacia el puerto.
Los techos en la ciudad vieja estaban todos cubiertos con tejas de un singular color miel, como los del Monasterio Franciscano antes del bombardeo del ejército federal controlado por los serbios durante un ataque de ocho meses, de Octubre del '91 a Mayo del '92. Las tejas comunes de colour rojo que se ha usado para la reconstrucción, demuestra la extensión del daño que se sufrió durante el asedio.
El Fuerte Lovrjenac y el distrito pile vistos desde las murallas del oriente.
En Drubovnik me quedé con una señora que me había conocido en la estación del autobús. Ella hablaba solamente serbocroata y alemán, y vivía cerca del transbordo del puerto, como a tres kms. de aquí. No era muy conveniente pero era barato, a US$10 la noche.
Placa viendo al oeste hacia el Portal pile Fue triste ver tan pocos turistas en esta bella ciudad. Por lo general no me gusta ver multitudes de turistas, porque yo viajo para conocer personas locales y no otros visitantes como yo. Sin embargo, en este caso, su ausencia hizo que el lugar se viera vacío. La guerra civil había terminado pero la asistencia de los turistas no ha regresado a sus niveles anteriores. También en Sarajevo y Mostar han habido muy pocos turistas...
El final Balcano del viaje de este año, resultó ser un desastre; pero hubieron algunos buenos momentos, como cenar sopa de mariscos y conocer a Andrija Marinovic, el amigable dueño que se sentó para compartir vastas cantidades de su vino de casa conmigo y un cliente Italiano, Flavio Cardone, quien conducía hacia Albania esa noche. De no haber sido por mi tobillo le hubiera pedido que me llevará con él, y hubiera aprovechado la oportunidad para obtener una visa de tránsito para cruzar Montenegro en la frontera Yugoslava. Fue muy tentador pero realmente no me sentía bien para hacerlo, y prudentemente me resigné a irme a casa lo más pronto posible vía Bari, Roma y Madrid.