Capital: Khartoum
Idiomas: Árabe (official), Nilotic en el Sur |
Fue realmente difícil obtener una visa del consulado Sudanés en Cairo. Tuve que ir tres veces, necesitaba una carta de la embajada canadiense, me hicieron esperar por horas y finalmente tuve que pagar US$50 por una visa de siete días. Tuve que entrar Sudán por avión, ya que sus frontreras terrestres con sus nueve países vecinos (Egipto, Libia, Chad, República Central Africana, Zaire, Uganda, Kenia, Etiopía y Eritrea), estuvieron cerrados por alguna u otra razón en enero de 1995. Había mucha tensión y no era buena época para los visitantes. Sudán es un país inmenso, sus 2.5 millones de kmē, lo hacen el país más grande en Africa. Se convirtió en colonia británica después que Kitchener derrotó al régimen islámico Mahdiya en 1898. El norte es seco, habidado por árabes e islámicos, mientras que el sur es pantanoso y su publación negra y Cristiana. Cuando los británicos salieron en 1955 rechazó las demandas de secesión del Sur y dejó este artificialmente delimitado país, en manos del Mahdiya islámico. Naturalmente, la guerra civil sobrevino y no cesó cuando el Coronel Jaafar el-Nimeiry apoyado por los communistas tomó el poder en 1969. Nimeiry fue destituido en 1985 pero el caos continuó y la guerra aún continuaba en 1995 entre el Sur bajo el mando de John Garang y el Norte bajo el mando del dictador islámico Omar Hassan ahmed-el-Bechir. No puedo dejar de pensar que los británicos son responsables por establecer las condiciones para este conflicto interminable que pudo haberse evitado si hubiesen otorgado al Sur la independencia que exigían en 1955. |
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Lonely Planet CIA |
No tuve mucha suerte en Khartoum, ya que no había bus desde el aeropuerto. Tomé un taxi al centro pero tuve que caminar por allí un rato con mi mochila antes de encontrar un hotel que pudiera pagar. Me las arreglé para visitar el pequeño museo etnográfico, pero el museo más importante e interesante que es el Museo Nacional de Sudán (Sudan National Museum) estaba cerrado por reparaciones.
Me hubiera gustado tomar muchas fotos aquí, pero me habían advertido que se requería un permiso para fotografiar, y que aún con el permiso, un pagano tomando fotos en esta ciudad se metería en problemas seguramente. Caminé por toda la ciudad y ví solamente otros dos paganos occidentales en el Hotel Acropole, los cuales se encontraban aquí en viaje de negocios. También me aconsejaron que no utilizara mi cámara. Fui muy cuidadoso y tomé esta foto de Khartoum desde el techo de mi hotel (el Asia on Sharia el Baladaya). Al final de la calle pueden ver un bus amarillo en la plaza UN y la mezquita detrás. Los altos edificios más allá,en el centro, son los Hoteles Metropole y Acropole.
Khartoum no me impresionó. Había escasez de todo en enero de 1995. Aún la comida, lo único que pude conseguir para comer en los restaurantes cerca de mi hotel fue "falafel" y pan.
Al siguiente día, fui a Omdurman para ver la tumba de Mahdi y el famoso Omdurman Souk. En el bus, me senté junto a un joven que tenía muchas preguntas que hacerme, las cuales contesté hasta que trajo a discusión el tema de la religión en Canadá y mis propias creencias. Fui cuidadoso para no ofenderlo ya que obviamente estaba un poco belicoso. Llegó un punto en el que me dijo muy calmadamente "sabes, a aquellos que no les gusta el Islam, los matamos". Me asombró, no por la declaración ya que sé que existen extremistas en cualquier grupo religioso, político o étnico, sino por la forma simple y positiva en que expresó su fanatismo, como si fuera muy normal. Caminé por la interesante Omdurman Souk, viendo a los individuos en la multitud y preguntándome cómo cada uno de ellos interpretaría las enseñanzas del Corán. Observé la manera en que me miraban, el extranjero occidental en medio de ellos, y la sensación que obtuve no fue buena. Tenía mi cámara, pero no tuve oportunidad de tomar una foto a escondidas del pintoresco mercado. No me sentía cómodo allí, así que partí.
Después de visitar Souk, fui al Botanical Gardens Park, compré una pepsi y un sandwich de "falafel" a un vendedor y me senté en la grama para relajarme y sobreponerme a mi experiencia. A mi lado estaba esta familia, que había salido a un día de campo. El hombre hablaba algo de inglés y me saludó. Respondí precabidamente, y después de un rato estabamos platicando alegremente sobre los aspectos superficiales de la vida en Canadá y en Sudán, ambos siendo muy cuidadosos en envitar temas de conflicto potencial. La mujer y el niño no hablaban, por supuesto, solamente veían y sonreían. Naturalmente, solicité su permiso antes de tomar esta foto. Fue un encuentro amistoso pero sentí que nuestro intercambio pudo haber ido más lejos si hubiese ocurrido en un país más liberal.
Bueno, había deseado ver cómo era Sudán y ahora ya había visto una pequeña parte de él. Hubiera visto mucho más si hubiera podido tomar el tren desde Wadi Halfa cerca del límite Egipcio e irme por bus cruzando hacia Eritrea en Kassala, como lo había planeado. Probablemente habría conocido gente realmente agradable y me hubiera ido con una mejor impresión. Debido a los acontecimientos, me alegré de irme y volar hacia Asmara.