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Anterior: Indonesia
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Capital: Manila
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El archipiélago que llamamos las Filipinas sufrió del colonialismo Europeo, al igual que gran parte del mundo durante cuatro siglos, pero tuvo la mala suerte de caer en manos de los Españoles que, despiadadamente, se pusieron a erradicar las creencias "paganas" que las diversas culturas indígenas ya habían desarrollado antes de su llegada. Pienso que, por regla general, la especulación no tiene mucho sentido,
sin embargo, a veces, puede introducir contrastes y arrojar luz sobre factores
que han forjado la realidad que deseamos entender. En este caso:
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Al terminar la misión de investigación en Yakarta, el equipo de expertos se reunió en la central del Banco de Manila para redactar informes y recomendaciones para la aprobación del préstamo por las autoridades bancarias. Eso duró casi una semana, luego volví a coger mi mochila para convertirme en trotamundos.
Ya había estado en Manila anteriormente y me parecía aún más deprimente que la ultima vez porque había tenido la oportunidad de ver, más de cerca, el gran lujo gozado por la elite local, mientras la inmensa mayoría de los Filipinos lucha, a duras penas, para sobrevivir.
He aquí, uno de los bastiones de la ciudad amurallada, Intramuros, construida por los Españoles, que empezaron por elevar, en 1590, un fuerte de piedra, en la desembocadura del río Pasig. Las paredes, (13 metros de grosor, 6 metros de alto y 3 kilómetros de largo), encerraban 15 iglesias, 6 monasterios y una potente guarnición. Los primeros habitantes Malayos organizaron más de 100 levantamientos contra la ocupación Española, pero fueron aplastados por un mejor armamento y por misioneros que les enseñaban que el poder era un don Divino que pasaba por Roma y la corona Española.
He viajado muchísimo y he visto gran miseria en muchas partes. He aprendido a tomármelo con calma, pero la enorme desigualdad social y la injusticia flagrante me siguen alterando y, más todavía, cuando los privilegiados tienen buena conciencia y no sienten ninguna compasión por los oprimidos porque tienen la bendición de las autoridades religiosas. Demasiado a menudo, he observado que la fe, en el mensaje de esperanza proclamado por el Cristo, ha producido la sumisión ciega y la dependencia de la caridad, en vez de potenciar el reconocimiento de los derechos humanos.
Las paredes de Intramuros eran imponentes, pero más devastadores, fueron el lavado de cerebro hecho por la Iglesia Católica y la integración de valores y verdades absolutistas de los Españoles, que han destruido tanto la cultura original pagana de los primeros habitantes, que, actualmente, bien poco se sabe referente a dicha cultura. Fue un genocidio cultural intencionado, parecido a aquellos otros que destruyeron las civilizaciones Azteca, Maya y Inca, que ha dejado el mismo esquema de una potente elite servida por indígenas sumisos y apaciguados por el sueño de una mejor vida en el paraíso.
Aquí está la puerta del Fuerte Santiago, donde fue dirigida la supresión de las culturas originales de los isleños. Los frailes entraron en guerra con los soldados y convirtieron casi todos a la religión Católica (por la cruz y la espada), excepto una minoridad musulmana atrincherada al sur, en la isla de Mindanao y en el archipiélago de Sulu.
El movimiento de independencia que liberó las colonias Americanas de España, no llegó a Filipinas, pero la expansión de la agricultura comercial (azúcar, café y cáñamo) creó una nueva clase de terratenientes, junto a la Iglesia y la nobleza indígena original. No hubo escuelas públicas hasta el año 1860, muy pocos sabían leer y la educación estaba totalmente controlada por la Iglesia. La nueva clase de comerciantes mandaba sus hijos a estudiar a Europa, donde descubrieron ideas liberales que llevaron a José Rizal a formar la Liga Filipina, en busca de reformas. Los Españoles, primero, le encarcelaron y luego, le ejecutaron en 1896. Esto fue la señal para la sublevación de la Asociación Katipunan que quería la independencia. Fueron derrotados pero la guerra Hispano-Americana estalló en 1898 y los Españoles se vieron sustituidos por los Americanos, igual que en Cuba y Puerto Rico.
Los nuevos jefes Americanos tomaron el mando enunciando principios de democracia y de derechos humanos, aunque, haciendo muy pocos cambios en la práctica. El concepto de "la ley del pueblo para el pueblo" era ajeno a la elite local cuyos privilegios formaban parte de un orden natural de cosas, sancionadas por la Iglesia. También era ajeno a la mayoría de la población, a la cual habían enseñado que la aceptación de su sumisión le abriría las puertas del paraíso. Algunos se rebelaron pero sus guerrillas fueron condenadas por la Iglesia y fracasaron.
Los Americanos gobernaron a través de un Gobernador General hasta 1935, cuando un considerable grado de autonomía fue concedido, dejando sólo la defensa y los asuntos exteriores en manos de los Estados Unidos. El idioma Español fue sustituido por el Inglés como lengua de los Aleutianos y los Filipinos la aprendieron con diligencia gracias a varios centenares de profesores, enviados para aportarles los beneficios de la civilización Americana. De hecho, la alienación cultural, ya avanzada, aumentó según las palabras Inglesas se iban añadiendo a la colección del vocabulario Español que ya formaba parte de las lenguas locales. Hoy, el idioma nacional, el Pilipino, es una cuarta parte de Inglés, otro tanto de Español (castellano) y sólo mitad Tagalog, un dilecto Luzón derivado del Malayo original. No puedo evitar sentir una cierta tristeza con la perdida de identidad causada por la degradación cultural, cuando escucho el idioma Pilipino por la radio o la televisión.
Las Filipinas obtuvieron, por fin, la independencia en 1947, después de cuatro siglos de ocupación, empezando por los Españoles, los Americanos y los Japoneses que devastaron terriblemente el archipiélago. Finalmente, les tocó, a los maestros locales, poder ejercer los privilegios de los cuales habían visto gozar los extranjeros. Lo han hecho con una venganza que ha culminado bajo la dictadura de Ferdinand Marcos y su esposa Imelda, quienes "le chuparon la sangre" al país para alimentar sus innumerables cuentas bancarias en el extranjero. Se dice que el nivel de corrupción alcanzado bajo el régimen de Marcos ha disminuido... un poco. La evaluación para las Filipinas del Índice de Percepciones de Corrupción, publicada por "Transparencia Internacional", era todavía solamente de 3,6 en 1999, algo superior al 2,8 del año 1995.
En Filipinas, los trabajadores tienen poca esperanza de poder mejorar su suerte. Tan sólo un 3,5% están sindicalizados y gran parte de los demás no tienen un contacto directo con sus verdaderos empleadores, puesto que contratan con agencias de empleo que, a su vez, les "alquilan" a un tercio para satisfacer las fluctuaciones de la demanda de mano de obra de su clientela. Con este sistema, cuando los trabajadores están a punto de organizar un sindicato, la agencia de empleo puede cerrar negocio sin perder mucho ya que no tiene ninguna verdadera inversión de capital. Luego, el verdadero empleador, que sigue necesitando mano de obra, puede "alquilarla" a través de otra agencia, o bien a través de los mismos bajo otro nombre. Todo esto es completamente legal y la elite en el poder no parece estar dispuesta a cambiar el sistema.
No sé qué le parece todo esto, pero yo lo encuentro muy deprimente. ¡Me pone malo!
