Cuenca, enclavada en las alturas de este valle andino, es la tercera ciudad más grande de Ecuador con una población aproximada de 300.000 habitantes.
El mercado de San Francisco visto desde mi habitación en el Hotel Milan. Las ruinas Incas de Tomebamba, dieron su nombre al río que corre por Cuenca, ciudad cuyas iglesias coloniales datan del siglo XVI. Esta fue una agradable sede desde la que pude visitar las poblaciones andinas cercanas.
Creo que la iglesia que vemos abajo a la izquierda es la antigua catedral tomada desde la calle Sucre pero no estoy seguro. La iglesia azul, a la derecha, pertenece al pequeño poblado de Baños, a 5 kilómetros de Cuenca; éste posee fuentes de aguas azufradas, al igual que la ciudad de Baños 200 kms al norte.
Gualaceo, localizada en un valle cerca de 30 kms al occidente de Cuenca, y Chordeleg, 5 kms más arriba, en la colina, son típicas poblaciones andinas.
Iglesia colonial de Gualaceo, en la Plaza 10 de Agosto. Tengo un problema con la costumbre suramericana de nombrar los lugares y las calles con las fechas de eventos históricos que nadie puede identificar (algunas veces, ni siquiera sus propios habitantes).
La iglesia más pequeña de Chordeleg es más reciente que la de Gualaceo.
Chordeleg tiene dos mercados, uno en la plaza, antes de la iglesia, que vende joyería y artesanías a los turistas y éste que es un mercado normal de comida para la gente local.
A unos 200 kms al sur por la Carretera Panamericana encontramos la placentera ciudad universitaria de Loja donde casi un cuarto de la población son estudiantes que asisten a una de las dos universidades, la escuela de leyes o el conservatorio de música.
La Calle 10 de Agosto es la vía principal en el centro.Conocí a unos estudiantes peruanos que me invitaron a un baile en la universidad que culminó en un bar local hasta altas horas de la noche.
En Loja decidí descender desde la altiplanice andina hasta Zamora, en el límite de las tierras bajas, hacia el oriente; el lugar no se encuentra muy lejos del tramo de la frontera con Perú que está aún sin definir desde la invasión peruana a la amazonía ecuatoriana en 1941.
Me gasté más de dos horas viajando sólo 60 kms por un un camino montañoso despavimentado, que sube de Loja, a 2100 metros, hasta más de 2500 metros de altura y luego desciende a 950 metros. Las vistas realmente hicieron que el viaje valiera la pena.
El descenso de 1150 metros de altitud marcó una gran diferencia; Zamora estaba muy caliente y húmedo en comparación con el agradable clima de Loja. No es de extrañar, entonces, que aquí se usen los buses abiertos en los costados! Dí un paseo alrededor del pueblo y regresé a Loja el mismo día.
Mi siguente parada, después de Loja fue en Vilcabamba, conocida como el Valle de la Longevidad; se dice que la mayoría de sus habitantes viven más de un siglo. No sé si eso será cierto pero recuerdo que es un lugar divertido.
Me divertí mucho con este miquito en el Hostal Madre Tierra pero me divertí más chupando cerveza en mi bar favorito, justo en la plaza del pueblo.
Más tarde, después de mucho cantar, de mucho beber caña con Coca Cola y de mucho discutir, casi habíamos alcanzado la esencia de la existencia, aunque no totalmente. Pero eso realmente poco importaba ya que estábamos muy borrachos!
Ivan Cordoba, El tipo que está hurgándose la naríz, se acababa de casar con la linda chica que aparece a mi lado. El que se agita con entusiasmo es su hermano Pepe, era tan buen cantante que a estas alturas ya debe ser famoso. El que está sentado, con un sombrero puesto, es Gavin Moore, un tipo reservado que vive solo, a unos pocos kms en las colinas y que viene al pueblo en su burro de vez en cuando. La muchacha que está sentada es Penlope Philips, una abogada de Los Angeles. Olvidé el nombre de su novio pero me pareció agradable.¡Cómo nos divertimos!
A pesar de la resaca, no nos podíamos perder la "Fiesta anual de los Ancianos", al día siguiente. Todos en el pueblo se divirtieron mucho!
Creo que divertirse debe ser el secreto de la longevidad y la gente de aquí parece saberlo.
Tres ancianos disfrutando con el debido decoro.
Las cosas buenas deben llegar a su fin para que se presenten nuevas aventuras así que me fui para Perú.
Macara fue el último pueblo que visité en Ecuador. Blanche Maccanti y Roland Bellier de Marsella, a quienes conocí en Vilcabamba, me acompañaron unos pocos días hasta que tomamos diferentes caminos después de pasar por Chiclayo en Perú.