Inicialmente tenía planeado viajar al Norte a través de la renombrada Quebrada de Humahuaca y entrar a Bolivia por Villazón pero cambié de idea cuando escuché sobre excursiones de cuatro días desde San Pedro de Atacama en Chile hasta Uyuni en Bolivia.
Me alegra haberlo hecho ya que puedo mostrarles unas pocas páginas de fabulosos paisajes de montaña gracias a esa decisión de último minuto.
Este pequeño gráfico muestra que tan ancho es el altiplano de los Andes entre San Pedro de Atacama a 2470 m y Purmamarca a 2250 m. Más de 400 km de la ruta pasan por encima de los 3000 metros donde el aire está enrarecido!
Esta amplia llanura aluvial se estrecha en la medida en que aumenta en altura más al Norte.
En Purmamarca, dejamos el valle de Humahuaca para subir al oriente por un valle lateral hacia los Andes.
El valle, en su mayoría, es árido y es azotado por el viento pero los humanos se han establecido en cualquier parte donde un microclima local permita un mínimo de vegetación. El río ha tallado una profunda quebrada a través de las colinas que puede verse en esta foto detrás de la granja.
Solamente un chorro de agua fluye a través de la carretera pero puede crecer hasta volverse un torrente en la temporada de lluvias. Es por eso que la capa de balasto es reforzada con un piso de concreto.
Más arriba, la carretera va pegada a la ladera de un cañón angosto tallado por la violenta acción de una corriente de montaña.
Subimos la Cuesta de Lipán por encima de los 4000 m y luego descendemos unos 600 m al ventoso altiplano.
El altiplano, bello e impresionante, infunde respeto. Enorme, caliente en la tarde y helado en la noche, es azotado por violentos vientos secos que no proporcionan todo el oxígeno que los humanos normalmente requieren.
Cómo sobrevive la gente en este duro ambiente es un misterio pero se ven felices y tan amistosos que saludan mientras pasamos.
Tal vez el altiplano nos parece impresionante y hermoso porque no podemos dominarlo y degradarlo como lo hacemos con la mayoría de las áreas de nuestro planeta azul.
Algunas personas no sólo sobreviven aquí, prosperan cuando aceptan ser parte del ambiente y no sus amos.
La lluvia que cae en el altiplano no toda va a parar a los océanos Pacífico y Atlántico. Parte de ella se vacía en áreas bajas donde permanece atrapada. Se convierte en salmuera mientras se evapora y deposita el exceso de sal en amplias salinas o salares que pueden ser de varios metros de profundidad en algunos lugares. El gran lago salado de Uta en Estados Unidos es un ejemplo de estos salares.
Con el paso del tiempo las montañas se elevan y se desgastan y otros sedimentos
pueden depositarse sobre la capa de sal. Millones de años más tarde,
una capa de sal puede ser sepultada debajo de miles de metros de roca. Bajo altas
presiones se vuelve moldeable y puede fluir al igual que los glaciares que fluyen
bajo la presión de nieve acumulada. La sal, al ser más ligera que la
roca finalmente logra escurrirse a través de la roca superpuesta para formar
domos de sal que suben casi a la superficie. Este proceso es importante para el hombre,
a) porque proporciona la mayoría por no decir todas nuestras minas de sal y
b) porque al subir a través de capas de sedimentos, la sal crea trampas para
el petróleo y el gas natural que también buscan escapar hacia la superficie.
Muchos campos petroleros importantes se han encontrado alrededor de domos de sal.
Finalmente nos aproximamos al paso a 4 425 metros, al otro lado, está Chile.