Al dejar Isla Decepción, que se ve a la distancia en esta foto, navegamos al sur al Estrecho de Bransfield, encontrándonos grupos cada vez mayores de témpanos de hielo y icebergs.
Aquí tenemos un gran iceberg inclinado en forma de tabla en la puesta de sol.
El líder de nuestra expedición, Ollie Carlsson nos presenta a Charles Swithinbank quien nos dio un dramático reporte de la erupción que destruyó una base chilena en la caldera que acabábamos de visitar.
Estas caras atentas indican lo interesante que estuvo Charles. Teníamos dos o más conferencias como estas cada día. Eran tan instructivas como entretenidas y por lo tanto tenían buena asistencia.
Luego, cinco muchachas de la tripulación rusa celebraron el "Yamarka" con nosotros, ofreciendo la sal y el pan tradicionales seguidos de canciones y danzas.
Después de esta danza las muchachas invitaron a los pasajeros a unirse a ellas y la mayoría de nosotros bailamos antes de disfrutar una excelente cena rusa.
En la noche navegamos a través del Estrecho de Gerlache y el canal de Neumeyer para llegar al fondeadero frente a Port Lockney, una base británica construida en 1944 para reportar el clima y cualquier eventual actividad enemiga. Miren a ver si pueden ubicar la base a lo largo de las costas en esta panorámica movible hecha con diez fotos tomadas desde la cubierta superior del Orlova.
La base de Port Lockney no es fácil de encontrar a menos que sepan donde mirar. Apenas se pueden distinguir un par de cabañas en la orilla en esta foto.
Como de costumbre vamos a tierra en zodiac dejando el Orlova detrás de nosotros. Si observan cuidadosamente verán un segundo zodiac siguiendo al nuestro a la derecha.
El paisaje espectacular hizo que el viaje valiera la pena incluso sin los pingüinos, focas y ballenas, para no mencionar la buena comida, las entretenidas conferencias y la agradable compañía a bordo.
Ahora, en la medida en que nos aproximamos pueden ver mejor la base de Locknoy.
Port Lockroy, descubierto por los franceses en 1905 fue utilizado por los balleneros hasta 1930. La Estación de Locknoy, construida en 1944, fue abandonada en 1962 pero fue renovada en 1996. El edificio principal, Bransfield House fue trasformado en un museo histórico provisto de personal voluntario de la Inspección Antártica Británica durante el verano antártico.
Subir y bajar de los zodiac ya era rutina pero siempre había personal con brazos fuertes para darnos una mano.
Los pingüinos incuban huevos en cualquier parte donde encuentren suficientes piedritas para construir un nido. Tuvimos cuidado de no asustarlos y ellos no parecían para nada estar perturbados por nuestra presencia. Un estudio reciente en efecto ha demostrado que la tasa de reproducción de los pigüinos en una zona de anidación cercana que ha sido declarada fuera de límites no fue mejor que la de los pingüinos en el área visitada por más de 6000 turistas cada año.
Aquí hay una buena vista de un nido de pingüinos bien construido.
El pico anaranjado y la mancha blanca identifican a estos como pingüinos "Gentoo" (pygoscelis papua).
Ellos hacen sus nidos donde se encuentren piedritas, hasta en el concurrido edificio del museo.
Ellos espacean sus nidos para que queden justo fuera del alcance de los picoteos de otros pingüinos que estén anidando. Los dos miembros de una pareja hacen turnos para incubar mientras que el otro va a pescar.
Es fascinante mirarlos. En esta foto, el compañero del gentoo que está incubando en el nido de la parte baja a la derecha acaba de robar una piedrita del nido de la izquierda a pesar de las quejas ruidosas de su ocupante.
Las manchas rojas alrededor de los nidos indican que se han alimentado de camarón antártico.
La Estación de Locknoy se conserva como un museo para mostrar como era la vida en Antártida en los cincuenta pero también es una oficina oficial de correos británica que vende estampillas del Territorio Antártico Británico. ¡También sellarán su pasaporte así usted puede demostrarle a sus amigos que ha estado aquí!
La máquina en primer plano es un generador accionado con gasolina.
Y aquí está un calentador de agua caliente que se enciende con carbón junto con un tocadiscos gramófono de 78 rpm a manija.
Aquellos eran los días antes del transistor cuando los equipos de radio usaban voluminosos y delicados "tubos" que habrían sido llamados "válvulas"" por los británicos de aquí.
Las viviendas restauradas dan una sensación de hogar al lugar.
Encargarse de esta estación durante los meses de invierno cuando estaba completamente aislada debe haber sido solitario pero sólo observen el fabuloso paisaje que esos ermitaños podían disfrutar. Por obvias razones, el pico de Jansen, y las montañas Fief son mejor conocidos como Blanca Nieves y los Siete Enanos.