Las bellas playas que rodean Budva y su antigua ciudad amurallada la convierten en un destino turístico de primera clase.
Los muros alrededor de la vieja ciudad datan del siglo XV cuando esta y Kotor servían de puertos para la capital Cetinje escondida en el interior montañoso. Ahora, Budva ha sido completamente restaurada y convertida en el paraíso del vacacionista.
Pescado fresco y frutos de mar, buen servicio y la vista al mar justifican los altos precios de estos restaurantes al aire libre.
Abajo, dos vistas de las pintorescas y estrechas calles de la ciudad vieja.
Dos iglesias, la rosada obviamente Ortodoxa.
Y esta es una vista de la marina de Budva mostrando el camino que sube serpenteando las montañas hacia Cetinje por sobre la línea de playas en el fondo.
Este edificio, ahora llamado el salón Biljardja, fue la residencia del Obispo-Vladika Petar II Petrovic quien gobernó desde 1830 hasta 1851.
Escondido entre los bosques de detrás está el monasterio, fundado dos años después que Cetinje se convirtió en capital en 1482 y reconstruido en 1794, que fue asiento de la teocracia que resistió a los Turcos durante siglos.
Esta pequeña iglesia, cerca del salón Bilijarda, es de importancia histórica pero olvidé la razón.
Este modesto edificio no lejos del salón Bilijarda, fue el Palacio de Nicola I Petrovic, el último Rey Montenegrino.
El Museo Histórico, grande para tan pequeño país, no obstante merece definitivamente una visita.
Había unos pocos turistas en las calles de Cetinje a principios de Mayo pero hay que decir que había pocos turistas en cualquier lado aquel invierno.
La inscripción en cirílico dice "Zetski Dom" significando "La Casa de Zeta" pero la gente a la que pregunté no supo decirme exactamente que era este delicado edificio azul.
Y por supuesto, tomaría fotos del mercado local.
Desde aquí, regresé a Bar y al día siguiente tomé un autobús temprano a Ulcinij donde tomé una minivan a Shkodra en Albania.
Me detuve en Ulcinij justo lo suficiente para echar una mirada alrededor antes de tomar el minibus que va cruzando la frontera hacia Shkodra.
Esta calle va hacia abajo al puerto y las playas cercanas, me tenté pero estaba más ansioso por descubrir la misteriosa Albania de la cual los Serbios me habían contado tan terribles cosas.