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Relatos
Principio
Anterior: Saipan
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Capital: Colonia
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Yap y Palau hacia el suroeste probablemente fueron habitadas en el año 2000 A.C. por navegantes austronesios provenidos del oeste (de las Filipinas e Indonesia). Los yapeses hablan un lenguaje austronesio del oeste muy diferente de las lenguas austronesias del este las cuales se hablan en los otros tres estados de la Frederación Micronesia (Chuuk, Pohnpei, Kosrae) que fueron poblados mucho después desde el sur (Islas Salomón). Los portugueses fueron los primeros en visitar Yap en 1525. Los siguieron algunos balleneros y comerciantes ocasionales hasta los años 1870 cuando ambos, España y Alemania reivindicaron Yap. El asunto se estableció a favor de España por parte del Papa, pero España vendió Yap y las otras islas Carolina a Alemania en 1899. Después de la Primera Guerra Mundial, Yap fue asignata por mandato a los japoneses en 1919. La fortificaron y la ocuparon hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, cuando la tomaron las fuerzas americanas. Yap se convirtió en parte del "Territorio Fiduciario Americano" del cual se separaron Palau y las islas Marshall en 1978. Lo que quedó se convirtió en los Estados Federados de Micronesia (FSM) los cuales fueron admitidos en las Naciones Unidas en 1991. Los FSM son nominalmente independientes pero su "Acuerdo de Asociación Libre" con los Estados Unidos (ayuda financiera para bases militares), los hace de facto colonias de los EStados Unidos. El dólar estadounidense es la moneda de los FSM. |
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Las tres islas que conforman Yap propiamente dicha están rodeadas por un arrecife de coral que forma una laguna protegida, llena de peces y provee muchos lugares excelentes para practicar buceo.
El estado de Yap también incluye unas 15 islas exteriores de las cuales las más importantes son Ulithi, Woleai, Fais, Ifalik, Elato, Lamotrek, Sorol y Ngulu.
Esta es otra vista de la laguna del lado oeste de la Isla Yap, cerca del aeropuerto.
Desde la Segunda Guerra Mundial, las islas al norte del ecuador (Palau, Mariana, Federación Micronesia, Marshall) han sido sometidas a una intensa influencia americana que ha alterado fuertemente los valores tradicionales de los isleños.
Los yapeses han tratado de permanecer orgullosos de su cultura distintiva sin darle la espalda a las amenidades modernas. La bienvenida con coronas de flores en el aeropuerto dada por estos jóvenes en sus "thuus" tradicionales fue definitivamente diferente al enfoque ejecutivo de los guardias de seguridad en Guam y en Saipan.
Lo que resta de una cultura antigua y lugares de clase mundial para buceo hace que Yap sea un destino turístico por elección. El centro vacacional Trader Ridge Resort el cual se muestra aquí, es uno de los cuatro o cinco hoteles de lujo, en donde los precios inician en US$200 por noche.
Pasé mi primera noche en el hotel más modesto de Colonia, el Hotel Ocean View, antes de trasladarme a una aldea yapese. El hotel era un poco simple, pero tenía este interesante bar-restaurante que lamentablemente estaba cerrado cuando estuve allí. (Esa es una pieza de dinero de piedra de Yap, al frente.)
Por US$40 la noche, el hotel Ocean View no tenía nada que valiera la pena mencionar, pero las dos recepcionistas que mascaban nuez de betel eran muy amigables e interesantes. Los yapeses son adictos a la semilla de betel al igual que los yemenitas al qat y los irlandeses a la cerveza negra Guiness. Me contaron todo acerca de ello y les encantaba bromear, así que les tomé una fotografía la cual está a la izquierda, para recordarme de cuán amables eran Gloria Finpin y Hilda Giltinan. A la derecha, un joven yapese ambulando en su thuu rosa.
No muy lejos del Ocean View, estaba este interesante bote que había sido transformado en un restaurante. Me pareció interesante porque me recordó cuán cerca está Yap de Indonesia de donde vinieron los primeros yapeses, posiblemente 4000 años atrás.
Recordé haber visto esa misma clase de barco velero en el viejo puerto de Batavia (parte de Jakarta), en 1994.
Colonia, la capital del Estado de Yap es bastante pequeña con una población no mayor de 1000. En mi segundo día, Mary de la aldea Bechiyal vino a recogerme para el recorrido de 15 km. hacia su casa en la parte final del norte de la Isla Map.
La mayoría de los yapeses todavía viven en aldeas con chozas de techo de paja, pero algunos han construido modernas casas con techo de hierro galvanizado como esta que se ve en el camino hacia Bechiyal.
Este camino conduce hacia Bechiyal en la costa norte de la isla Map. Desde aquí se puede ver cómo la laguna de color azul pálido está protegida del mar abierto de color azul marino por medio del arrecife de coral en donde las olas se rompen.
En Yap la mayoría de la tierra la poseen clanes o familias en lugar de individuos. En esta pequeña aldea, el clan ha decidido construir cuatro chozas como éstas para turistas para complementar su pesca y agricultura.
La operación de turistas la dirige James Gilgoofigir (el hijo del jefe) y su esposa Helen Matinag quien aparece abajo con su hija y otro miembro del clan. La pequeña niña era una preciosidad, pero se me olvidó su nombre. Los dientes ennegrecidos de Helen son el resultado de mascar constantemente la nuez de betel.
La aldea estaba organizada de manera que se mostrara un poco la manera de vivir de los yapeses a los turistas visitantes pero no era artificioso y estaba hecho con simplicidad y con verdadera calidez. Me encantó, tal y como lo pueden ver por mi sonrisa en la fotografía de abajo.
Una vez más, tuve la buena suerte de conocer un grupo magnífico de personas, Will de Washington DC, Avner de Israel y Nuno de Suiza.
El jefe del clan John Tamag Yoron y su hijo James fueron muy amistosos e informales y nos hicieron sentir a todos como en casa en su aldea.
Esta es la casa tradicional del jefe la cual está construida en una plataforma elevada de piedra llamada dayil. Es bella pero él no la utiliza porque le es más conveniente vivir en una casa más pequeña de madera contrachapada y de hierro corrugado con electricidad e modernas instalaciones de tubería.
Y esta es la casa tradicional para varones, en donde los solteros viven hasta que se conviertan en padres.
Este es el interior de la casa para varones.
Y esta es otra vista del exterior de la casa tradicional para varones en su dayil de piedra.
La casa del jefe y la casa para varones de Bechiyal han estado abandonadas, pero su casa comunal todavía estaba en uso y estaba muy bien cuidada.
En las comunidades yapeses, las decisiones importantes las toma el jefe después de tener un debate abierto en la tradicional casa comunal.
