Ya había obscurecido cuando el tren regreso a Fianar, pero para mí no era problema porque estaba hospedado en el Hotel Moderne, justo en la calle frente a la estación del tren.
Al día siguiente, estaba lloviendo y había frío pero aun así decidí ir a Ranomafana, esperaba que el clima mejorara al otro día cuando visitara el Parque Nacional de Ranomafana.
Un mejor escenario camino a Ranomafana.
Una pequeña aldea camino a Ranomafana.
Cuando llegue había un frío terrible y estaba lloviendo a cántaros. Tuve una deliciosa comida caliente en un restaurante donde conocí a un mochilero alemán, Tobias Hutterer, y a dos alemanas que detestaban el clima y se fueron.
Pasamos la noche en el Hotel des Thermes esperando que el tiempo mejorara, pero fue aun peor al día siguiente; así que, también nos molestamos y nos fuimos. El clima era tan malo que ni siquiera tome fotografías.
La lluvia se calmó en el camino de regreso a Fianar, lo suficiente como para que estas mujeres salieran a golpear lo que sea que golpearan en sus morteros Más tarde, me di cuenta que podía ser arroz con cáscara u otras semillas, o vegetales como hojas de mandioca.
Otra aldea, en el camino de regreso a Fianar, con la típica arquitectura Malgache.
En Fianar tomamos un taxi "brousse" de la "Société de Transports Colombe", con una pareja de holandeses y cuatro personas de la localidad, para ir a Antsirabe.
Tuvimos la mala suerte de tener a un conductor loco y descuidado, a quien se le notaba el gusto que tenía en aterrorizar a los peatones de las aldeas que atravesamos a precipitadas velocidades. Yo iba sentado al frente y tuve que intervenir varias veces para obligarlo a disminuir la velocidad.
Afortunadamente, uno de los malgaches también hablo con insistencia por lo que bajo un poco la velocidad. Seguramente no lo hubiera hecho sólo por un "vazaha" (un blanco extranjero).
Más tarde, ese mismo día, el cielo se aclaró mientras caminábamos hacia el norte.
Nos detuvimos para comer en este restaurante en Ambohimahasoa. Más tarde, después de instalarnos en nuestros respectivos hoteles en Antisirabe, los cuatro nos dimos cuenta que habían roto nuestras maletas y nos habían robado. Sólo pudo suceder en Ambohimabsoa mientras estábamos ocupados comiendo, y conductor era el único que podía haberlo hecho porque tenía la llave para el taxi "brousse". ¡¡¡Viajeros, tengan cuidado si viaja por "Société de Transports Colombe" para ir a Fianarantsoa!!!
Conforme nos acercábamos a Antsirabe, vimos grandiosos paisajes de bancales de campos de arroz, pero el descuido de nuestros conductor sólo nos dejaba pensar en ¡llegar de una sola pieza! Fue un alivio poder salir de ese Peugeot.
en Antsirabe, Tobias y yo nos quedamos en el Hotel Baobab mientras que los Balners se fueron a un hotel en la misma calle, donde ya habían hecho reservaciones.
Antsirabe me pareció maravillosamente encantador.
Ésta es una vista del viejo pueblo cerca del mercado.
Ésta es otra en el mismo barrio.
Los puestos de frutas en el mercado siempre dan un vista colorida.
Cena en "La Halte" con Daniel y Martine Baldner al frente, Tobias Hutterer y yo sentados atrás.
Después de tres placenteros días en Antsirabe, me encontraba de regreso en Tana. Ésta es la calle Grandidier cerca del Hotel Jean laborde.
ésta es una vista del Hotel Isoraka en el que Tobias se hospedó.
En general, estaba complacido con mis dos semanas en Madagascar. Había perdido un radio de ondas cortas que sacaron de mi maleta, pero seguí de una sola pieza. Sólo había visto el Sur, pero necesitaba dejar algunos lugares para el siguiente viaje. Lo más importante, había conocido personas interesantes y disfrute la vida a través de los ojos de los demás.
Camino al aeropuerto el conductor del taxi me llevó a un lugar donde él acostumbra comer y descubrí un plato Malgache, esta hecho de hojas de mandioca hervidas y machacadas, acompañado con arroz. ¡Fue una experiencia bonita y cordial que recompensó el paseo de Fianarantsoa con el loco conductor del taxi "brousse"!