Fianarantsoa solía ser un punto importante y estratégico para las exportaciones, gracias a su conexión por medio del ferrocarril con el puerto de Manakara que está en la costa, pero ahora el tren viaja únicamente hasta la mitad del camino hacia Manampatrana, ya que la línea fue dañada por inundaciones unos cuantos años atrás. No existe ninguna conexión al norte con Antsirabe, así que esta hermosa estación de tren no ve pasar mucho tráfico.
Tanto la locomotora de diesel como los vagones eran muy viejos, pero a pesar de eso se habían mantenido muy bien.
El área es fértil y densamente populada, así que el tren es una línea de vida importante para los lugares pequeños que están en el camino como Ranomena.
El tren iba abarrotado de gente, así que me sentí muy emocionado cuando el mecánico del tren llamado Bruno me invitó a viajar dentro de la locomotora.
En la parte de abajo están Bruno, Lionel el conductor y yo. Luego entendí una sugerencia sutil y compré una generosa cantidad de cerveza para el personal del tren.
Esta mujer estaba muy feliz de ver que el tren había arrivado, ya que le daría oportunidad de vender sus vegetales.
Este es un hermoso paisaje.
Los niños también estaban muy felices de ver el tren parar cerca de sus chozas.
El tren se detenía en cualquier lugar donde alguien hiciera la parada y siempre había una pequeña tienda más o menos como esta, en cualquier apeadero.
Si no existiera el tren, probablemente toda este gente se iría de aquí, ya que no existen carreteras para llegar a estos lugares.
Esta es una vista dirigiéndonos rumbo abajo de la meseta hacia el mar.
Más ventas de comida a lo largo del camino.
Mientras más pobres son, más felices parecieran ser.
En el bosque tropical cualquier cosa crece en vastedad y nadie padece de hambre.
Cargando bananos para el viaje de regreso a Fianar.