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Capital: Beijing
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Estuve aquí por motivo de negocios en 1973, ví Tíbet en 1995 y visité la mayoría del resto de China en 1997. Decidí regresar por cuarta vez para explorar el suroeste en donde varios grupos étnicos fueron forzados a retirarse antes de la expansión territorial de los chinos Han en el primer milenio o antes de que invadieran los mongoles en el siglo XIII. En el siglo XVII el suroeste era el último refugio para la resistencia Ming contra la invasión de los Manchu. Por lo tanto, los montañosos Guanxi, Guizhou y Yunnan eran tradicionalmente el "Salvaje Oeste" de China, un lugar retirado para las tribus disidentes o perseguidas y para los criminales, el cual se encontraba muy lejos de la autoridad central del gobierno. A menudo estaba controlado por codiciosos líderes militares locales hasta que los comunistas tomaron control en 1950. La inmigración masiva de los Han y el rápido desarrollo económico están cambiando actualmente la constitución social de la región (al igual que en Tíbet), pero la mayoría de las minorías étnicas han mantenido hasta ahora su carácter, costumbres y religiones distintivas. Eso es precisamente lo que vine a observar antes que desaparecieran en el crisol Han. |
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El clima estaba magnífico cuando llegué a Shanghai en la mañana del 7 de diciembre, después de volar 18 horas y esperar 8 horas en Newark, Anchorage y Seúl. Tomé un autobús urbano desde el aeropuerto hacia el centro de la ciudad y caminé a Nanjing Lu, la cual se muestra aquí, me dirigí hacia la confluencia del arroyo Suzhou con el Huang Po, en donde está localizado el hotel Pujiang.
Estaba feliz encontrar Nanjing Lu lleno de gente, era como encontrar un viejo amigo. Shanghai había cambiado otra vez después de únicamente tres años. Habían muchas construcciones nuevas en Pudong, al otro lado del Huang Po y una sección entera de Nanjing Lu se había convertido en una zona peatonal.
Después de unas horas de este redescubrimiento, fui al Pujiang en donde, por únicamente US$6.75, me dieron la cama contigua a la que había ocupado en el mismo dormitorio hace tres años.
Un dormitorio no es tan conveniente como una habitación privada pero no es malo encontrar alojamientos por tan poco dinero en una ciudad tan grande como lo es Shanghai.
Después de un par de días tomé un autobús con camas hacia Hangzhou para visitar a algunos amigos allí. Así es como se ve un autobús chino con camas. Hay 20 camas dobles superpuestas que son geniales si se está viajando con la novia, pero se siente un poco raro si su compañero de cama es un gran extraño.
Aquí estamos paseando en el parque Wu Shan de Hangzhou con mi amiga yuppy Kathy Zhand y su esposo John. Esperaba que Kathy pudiera ser mi intérprete en Yunnan por un par de semanas, pero la acababan de promover y no podía faltar a su trabajo. En cambio, me presentó a su amiga Lilian quien trabaja en Kunming.
Este es un restaurante de moda cerca de la fábrica de medicina tradicional de Hangzhou. Me di cuenta que todos los chinos jóvenes que me encontré en este viaje y en el anterior son ambiciosos, trabajan duro y están preparados a hacer sacrificios para llegar a la meta de tener una buena vida material.
El esposo de Lilian, Steven, nos acompañó y fuimos a caminar alrededor del Lago Oeste de Hangzhou, compartiendo nuestras ideas acerca de todo.
China todavía tiene un largo camino por recorrer para alcanzar a los países más desarrollados, pero está trabajando duro para lograrlo. Ha invertido sabiamente en su recurso humano empezando desde el nivel primario escolar. El analfabetismo ha bajado de un estimado de 90% hace cincuenta años, a menos de un 20% ahora (¡India todavía tiene casi 50% de analfabetismo!). ¡Los jóvenes saben lo que quieren y salen a obtenerlo!
Algunos lo han tenido y están recibiendo más, tal como mi amigo Víctor quien está aquí relajándose en su moderno penthouse que está en el piso 20.
El progreso está llegando al área rural también, en donde las casas tradicionales de adobe han sido reemplazadas casi por completo por casas de ladrillo de dos y tres pisos con tejas blancas, tal como las que se muestran aquí.
Desde Hangzhou, viajé 31 horas hacia el oeste por medio de un tren con camas de tercera clase para llegar a Kaili en la provincia Guizhou antes de viajar hacia Yunnan. La mayoría de las granjas a lo largo del camino se miraban bien cuidadas y prósperas, tal como ésta.
Este es un coche-cama de tercera clase de un tren chino con literas de tres niveles. No hay mucho espacio pero las literas no son tan duras y algunas veces puede ser un buen lugar para hacer amigos chinos.
Kaili está aproximadamente a dos terceras partes del camino hacia Kunming saliendo desde Hangzhou. Paré aquí para visitar una cercana aldea Miao porque hay muy pocos Miao en la provincia de Yunnan. Miao es el nombre chino que se le da a la gente que pertenecía a la tribu Hmong, a quienes se les puede encontrar en China, Vietnam, Laos, Tailandia y Myanmar. Anteriormente había visto aldeanos Hmong en Sapa en la frontera de Vietnam - China en el año de 1994.
Casi todos en una ciudad del tamaño de Kaili tendrían un refrigerador, pero por todos lados en China hay todavía mercados al aire libre como éste, debido a que las redes de distribución y los supermercados aún no han invadido el país.
La carne de cerdo que se vende aquí no está envuelta en plástico, pero probablemente todavía estaba trotando esta mañana.
Me gusta quedarme en pequeños hoteles en donde es fácil encontrarse con las personas. En Kaili me encontré con el gerente del hotel y con su hija quien también trabaja allí. Cuando les conté que había hecho una parada en Kaili camino a Yunnan debido a que estaba interesado en las minorías y quería visitar la cercana aldea Miao de Langde, ellos me dijeron orgullosamente que eran de nacionalidad Dong. A mi criterio, parecían muy chinos a primera vista, pero se tomaron el tiempo para hacerme notar las diferencias al llamar a trabajadores del hotel que eran miembros de las comunidades han y Miao y me mostraron lo que era obvio para ellos. (¡Realmente no tienen pupilas rojas, lo que pasó fue que no coloqué bien el flash!)
La variedad de minorías que quería visitar son, por supuesto, más fáciles de reconocer cuando están vestidos con sus trajes nacionales tradicionales tal como estas damas Miao quienes iban de regreso a su aldea después de haber dado un espectáculo de canciones y danzas en un auditorio local. Aún así, no siempre es fácil si no sabes su lenguaje debido a que algunas vestiduras se parecen y algunas nacionalidades tienen varios subgrupos que se visten diferente.
Para llegar aquí, tomé un autobús durante 20 kms. al sureste desde Kaili y luego caminé por una carretera lateral que conducía hacia la aldea. Como siempre tuve suerte y me llevaron en una motocicleta por 3 kms.
La aldea está construida en una ladera escarpada para evitar el desperdicio del terreno apto para el cultivo. Cada metro cuadrado restante que hubiera podido ser terraplenado estaba cultivado.
Al principio me sentía intranquilo llegando a ver a esa gente sin intérprete, pero sus sonrisas y su manera de ser tan abierta me tranquilizaron rápidamente. La abuelita, a la izquierda, con su nieta estaban un poco inseguras cuando les pregunté (por medio de señales), si podía tomarles una fotografía pero sí pararon y posaron para mí. Los aldeanos más jóvenes no eran tímidos y parecía que todos me daban la bienvenida.
El suelo de estas bellas casas Miao es utilizado como bodegas. Las personas viven en el siguiente piso que siempre tiene una habitación abierta con balcón y una magnífica vista.
La aldea Langde era muy bella con sus casas antiguas y escaleras rocosas y la gente era simplemente fabulosa. Después de pasar un momento siguiendo por las escaleras a este caballero que llevaba una carga de arroz, tosí fuerte para que se volteara y me dio ésta linda sonrisa cuando le hice señas para tomarle una fotografía.
Esta es otra sonrisa de bienvenida. ¡Qué lástima que no pude hablar con ellos!
Incluso los niños parecían felices de verme.
El clima podría haber estado mejor, no así la belleza del lugar ni la bienvenida de su gente. Estaba satisfecho de haber venido, mi aventura de descubrir las minorías del sureste de Asia había tenido un buen comienzo.
El mundo es más pequeño cada vez. ¡Incluso esta remota aldea tenía televisión vía satélite! No me sorprendería que en un par de años tengan conexión de Internet vía satélite.
