La provincia de Tucumán es la más pequeña de las 23 que conforman Argentina pero tiene una gran importancia histórica ya que fue aquí donde se declaró la independencia de España en 1816.
La foto muestra un cultivo de caña de azúcar que es el principal producto agrícola de la provincia.
El servicio de buses es bueno en Argentina y Tucumán en particular está bien servido por su grande y moderno terminal.
Esta imponente Casa del Gobierno en la Plaza Independencia reemplazó el Cabildo colonial a finales del siglo XX.
La iglesia de San Francisco en la esquina al lado de la Casa del Gobierno es sólo una de las muchas y magníficas iglesias de la ciudad.
La Catedral de 1845 también está frente a la Plaza Independencia.
El Hospitality Club (Club de la Hospitalidad) funcionó para mi nuevamente en Tucumán donde conocí a Federico, con la camiseta rosada, y a su amigo Ramiro. Tuve una interesante conversación con estos dos jóvenes judíos estudiantes de MBA sobre las dificultades económicas de Argentina y sus prospectos de emigrar a donde sea que puedan encontrar oportunidades para un mejor futuro. Luego pasamos al complejo tema del conflicto palestino-israelí y su relación con la cruzada de Bush en el Oriente Medio, rico en petróleo. Estuvimos cerca de resolver todos los problemas del mundo pero el bar cerró antes de que llegáramos allá.
Aquí tenemos una vista del peatonal Mendoza. Me dijeron que me cuidara en Tucumán ya que los duros tiempos causaron un incremento en la delincuencia callejera. Lo hice pero encontré gente amigable y no tuve ningún problema.
Por supuesto, tuve especial cuidado en quedarme en las calles concurridas y bien iluminadas en la noche y me sentí bastante seguro entre las multitudes como ésta en el Peatonal Buenos Aires.
Aquí está el lugar que dio fama a Tucumán, la casa en la cual se firmó la declaración de la independencia en 1816.
El cuarto detrás del pozo es el verdadero lugar donde el documento fue firmado.
Después de Tucumán, continué hacia el Norte a salta, una ciudad también de unos 500 000 habitantes como Tucumán.
El teleférico de salta a la cima del Cerro San Bernardo de 1454 metros me dio la oportunidad de tomar esta vista compuesta de la ciudad.
Aquí, el corazón de la ciudad donde la Catedral y el Cabildo fueron construidos es conocido como la Plaza 9 de Julio. Personalmente pienso que la costumbre de usar fechas para nombrar lugares no es muy conveniente. Admito estar influenciado por mi ignorancia de que pasó en todas estas fechas pero rápidamente me siento mejor con respecto a eso ya que muchos de lugareños a los que recurrí tampoco sabían.
Aquí esta el Cabildo frente a la Plaza 9 de Junio, ¿o es julio? creo que debe ser julio, ¡nunca pasa nada en junio!
La catedral es muy hermosa con su revestimiento de estuco rosado pastel.
A los que me conocen bien puede parecerles extraño que un "bright" (persona con una visión naturalista del mundo) como yo tome tantas fotos de iglesias y templos donde sea que vaya. No creo en fantasmas, elfos hadas, brujas, ángeles, demonios y todas las deidades en nombre de las cuales todos estos monumentos han sido construidos pero reconozco que estas entidades etéreas son muy reales para mucha gente. En muchos lugares donde el mundo espiritual es considerado más importante que la realidad material en la que vivimos, los altares e iglesias son efectivamente expresiones representativas de la sociedad y cultura locales y como tales son muy interesantes.
Sólo miren este espléndido edificio al lado de la Catedral. Es la curia donde el obispo y su séquito sacerdotal cenan y descansan mientras que la gente común espera para lograr verlos.
¡Nada mal eh!
Tal vez el crimen no paga pero la fe con frecuencia sí...
Yo no creo en ninguna de esas cosas espirituales ni tampoco finjo creer como algunos ateos que conozco. Algunas veces soy rechazado por expresar mi opinión pero cuando eso pasa, pienso en todos los que han expresado su opinión antes de mi gracias a los cuales yo sólo soy rechazado y no quemado en la hoguera.
Si todos los no creyentes dijeran públicamente su posición, entonces, los "moralistas" tendrían que reconocer su existencia y poner punto final a las formas sutiles de discriminación ejercidas contra los ateos.
No necesito los espíritus en mi vida. Estoy muy contento con mi universo material y disfruto a fondo vivir con gente común en modestos hoteles para mochileros como el hotel Italia que se ve aquí en el paseo peatonal Alberdi.
Aquí tenemos otra vista del Paseo Alberdi cerca de la avenida San Martín que conduce al bello Parque San Martín.
Y finalmente, una foto de la fuente en el lago artificial del Parque San Martín cerca del terminal de buses.
La página siguiente relata una excursión en microbús en las montañas vecinas que tomé como consuelo por haberme perdido de montar en el famoso "Tren a las Nubes".