El Paso Pehuenche fue una maravillosa sorpresa para mi. Tenía que ir a Santiago para visitar amigos, conseguir la visa para Paraguay y por un asunto de negocios pero no tenía ganas de pasar dos veces por el Paso los Libertadores que ya conocía.
Buscando en mapas y en mi confiable guía de Lonely Planet Argentina descubríque era posible cruzar los Andes por una carretera despavimentada a través del menos conocido Paso Pehuenche.
Llegar allá no era muy práctico pero eso era lo que yo quería hacer. Ahora que he visto el Paso Pehuenche, estoy encantado con esa elección.
El primer mapa muestra cómo el Paso Pehuenche está casi en una línea recta entre los puertos de Constitución en la costa Pacífica de Chile y el de Bahía Blanca en la costa Atlántica de Argentina. Eso la hace una alternativa obvia frente al muy utilizado Paso Libertadores al norte de Santiago que conecta Valparaíso en el Pacífico con Buenos Aires en el Atlántico por una ruta de unos 1000 km de más largo. Además, Pehuenche se eleva sólo 2500 metros comparado con los Libertadores que se eleva 3200 m. El mapa de abajo muestra detalles de la ruta.
Afortunadamente, al ser más importante la exigencia de tráfico que la distancia de océano a océano, la decisión de desarrollar el Paso Pehuenche no es evidente en estos momentos. Digo afortunadamente porque construir una superautopista de alto rendimiento por el Paso Pehuenche seguramente destruirá en su mayoría el mágico encanto que he descubierto allí. Dicho esto, no hay duda de que la superautopista finalmente se va a construir así que, si les gustan las siguientes fotos, vayan allá para ver por sí mismos este rincón del paraíso antes de que desaparezca.
Dejamos Malargüe a las 7 a.m. y llegamos a Talca diez horas después. Sólo éramos cuatro personas en la microbús Mercedes el conductor Pablo Salinas Basoalto, el propietario de Karen Travel, Juan Stuardo Ordenes, su amigo Gastón Gonzales Díaz y yo.
Aquí vamos al sur desde Malargüe por la famosa ruta 40 hacia Bardas Blancas donde un ramal dobla al occidente hacia el paso.
Ahora nos estamos desplazando al occidente hacia los Andes por el ramal.
El camino no está pavimentado después de pasar este puente sobre el Río Grande.
Seguiremos el Río Grande hacia las montañas luego, el Río Chico hacia la línea divisoria donde está la frontera.
La tierra en el valle del Río Grande pertenece al gobierno pero está arrendada a rancheros que tienen ganado, ovejas y cabras en el paso.
Antes de estar aquí no tenía idea de lo hermoso que podía ser este paso.
Ese grupo de árboles en el centro oculta la hacienda del estanciero que alquila esta parte del paso.
La angosta carretera despavimentada no desfigura el paisaje tanto como lo va a hacer la superautopista cuando sea construida en unos años.
Me sentí muy afortunado de haber descubierto este lugar y me preguntaba porqué aún no estaba lleno de turistas amantes de la naturaleza.
Otro grupo de árboles indica otra hacienda, probablemente el lugar de donde venía este amigo.
Hay aproximadamente 80 km de paisaje imponente como éste desde el puente que se ve arriba hasta la línea divisoria y un tramo igual de vistas espectaculares al otro lado de la frontera.
Aquí tenemos un grupo de ganado y ovejas lo suficientemente cerca del camino como para ser fotografiadas.
No sé porqué me parecen hermosas las montañas agrestes pero así es. Los colores son parte de esto pero su enorme tamaño es probablemente más importante. También, las enormes fuerzas que han provocado que la corteza de la tierra se arrugue y las forme.
De todos modos, está más allá de la magnitud de la experiencia humana normal y como tal desafía mi forma de entender y mis emociones corrientes. Al haber experimentado la misma sensación en los grandes desiertos de arena y hielo del planeta, entiendo cómo los primeros humanos imaginaron un mundo de gigantes y dioses para igualar el tamaño y el poder de la naturaleza.
Creo que el poderoso efecto que produce estar expuesto a un paisaje como éste estaría debilitado si se pasara como un bólido en una concurrida superautopista.
A la inversa, me puedo imaginar el estado exaltado que habría alcanzado si hubiera descubierto esto a pie o a caballo antes de que la primera brecha fuera abierta.
Por supuesto que los cuatro charlamos mientras pasábamos por el paso.
Pronto me di cuenta de que Juan Stuardo, que había pasado por este paso cientos de veces, estaba también en un estado de sobrecogimiento.
Descubrí que Karen Travel era más que un trabajo para Juan Stuardo y quedé impresionado.
Algunos de los que alquilan potreros aquí viven en otra parte y utilizan mano de obra contratada para vigilar su ganado como esta familia que vive en este primitivo "puesto" durante los meses del verano. La mujer conocía bien a Juan Stuardo y a su conductor Pablo y se alegró con nuestra corta visita.
Imagínense viviendo aquí en una choza de piedra.
Aquí está parte del ganado que pasta aquí.
Más arriba en el valle, subimos hasta este "puesto" ocupado por Alfonso Alburto de 18 años quien nos invitó a bajar la colina para comer algo.
Logré bajar a pesar de mi rodilla enferma y me alegró encontrar un asiento en el puesto de Alfonso. Habíamos traído pan y Coca Cola. El cordero pelado que ven sobre mi hombro iba a ser nuestro almuerzo.
Alfonso hizo fuego y removió las brasas debajo de la parrilla para asar medio cordero. Aquí está él frotándole dos pedazos de pasta de sal de una salina local como único condimento del tradicional "asado". Media hora después disfrutamos unas deliciosas hamburguesas de cordero con Coca Cola.
Después del almuerzo, Gastón tomó esta foto de Pablo, Alfonso, Juan Stuardo y yo antes de continuar nuestro camino a la línea divisoria.
No hay duda de que el Averdinango es una raza hermosa. Cuando son criados en pasto natural, su carne es definitivamente la mejor del mundo.
Ahora hemos dejado el Río Grande y estamos siguiendo el Río Chico subiendo al paso.
Aquí estamos en el paso de 2500 metros. Detrás de mi está el Río Chico pasando por el valle que está debajo del Campanaria de 4050 m en Argentina.
Aquí está un poco de color para señalar el paso.
Por este lado, las precipitaciones fluyen hacia la hermosa Laguna del Maule en su camino al Océano Pacífico.
Esta panorámica de 360 grados muestra el valle del Río Chico en Argentina detrás de Juan Stuardo que está parado al lado de la microbús y la Laguna del Maule en Chile adelante de nosotros.
Aquí tenemos una panorámica de 180 grados de la hermosa Laguna del Maule desde un nivel más bajo.
El agua de la Laguna del Maule se precipita en el Río Maule en todo su trayecto hacia el Pacífico en el pueblo portuario de Constitución.
La Antártida era alejada, impresionante y fabulosa pero el Paso Pehuenche me recordó como los seres humanos nos afanamos por destruir cualquier cosa que nos parece bella donde sea que haya una ventaja económica para hacerlo.
Esto es lo que está pasando en el lado chileno del Paso Pehuenche. ¡Probablemente también ocurrirá en el lado argentino pero mucho más adelante ya que la comunidad financiera internacional se tomará un tiempo para olvidar que Argentina es un riesgo crediticio! No obstante, tarde o temprano habrá una gran superautopista a través del Paso Pehuenche y la gente pasará volando sin ver lo extraordinario que es este lugar.
Una última mirada al río Maule mientras que esculpe su camino hacia el Pacífico.