Dormí la mayor parte del camino durante el viaje nocturno a través de los Cárpatos desde Chisinau pero no obstante estaba cansado cuando el autobús me dejó aquí a las 8:30 de la mañana.
Tomé una habitación en el hotel Pax cruzando la calle desde la estación de trenes y me dormí nuevamente hasta las 13:00.
La historia de Cluj-Napoca se remonta a la época Dacia antes de que los Romanos la bautizaran Napoca. Transilvania estaba habitada en ese entonces por Daco-Romanos, los antepasados de los Rumanos. La tribu Magyar Székely comenzó a ocupar Transilvania en el siglo X. Los Germano Sajones fueron introducidos mas tarde por el rey Húngaro Bela IV para defenderla de las incursiones Tatar. Desde los tiempos medievales, los campesinos en su mayoría Rumanos fueron dominados por una clase privilegiada de origen Húngaro o Germano hasta que Transilvania fue finalmente unificada con Rumania después de la Primera Guerra Mundial. El norte de Transilvania cayó nuevamente bajo el dominio pro-Nazi Húngaro durante la Segunda Guerra Mundial, y miles de civiles Rumanos fueron torturados y muchos pueblos fueron arrasados.
La extendida dominación extranjera ha dejado sentimientos hostiles en Cluj-Napoca que fuera llamada Klasenberg por los Alemanes y Kolozsvar por los Húngaros. Esta foto de la Plaza Unirii muestra una estatua ecuestre del rey Húngaro Matthias Corvinus (1458-1490), erigida cerca de la Iglesia de San Miguel en 1902 cuando Transilvania todavía era parte de Hungría, y una excavación arqueológica a cielo abierto de ruinas romanas.
Es interesante de notar como esta escena aparentemente banal se ha convertido en el foco de una amarga controversia entre los elementos pro-Húngaros, quienes, nostálgicos de la posición privilegiada que una vez tuvieron, quieren que se rellene el pozo porque denigra la estatua de Matthias y los nacionalistas Rumanos que quieren que permanezca abierta como una prueba visible de sus raíces latinas.
Aquí está una vista del extremo oeste de la calle Lulu Maniu con la Iglesia Reformada Húngara de San Miguel donde los servicios se dan en Húngaro y en Rumano.
Y aquí está el extremo este de la misma calle con un vistazo a la Catedral Ortodoxa que sirve a la mayoría Rumana.
Abajo a la izquierda, otra vista de la Catedral Ortodoxa en la Plaza Avram Lancu y a la derecha, una toma de la Iglesia Franciscana Católica en la Plaza del Museo.
Este es el Teatro Nacional y Opera en la plaza Stefan cel Mare (el gran héroe Rumano).
El ancho Bulevard Eroilor corre desde la Plaza Avram Lancu hasta la Plaza Unirii.
Esta foto de la angosta calle Episcop Ioan Bob da una buena idea de las partes viejas de esta encantadora ciudad.
Tomé unas pocas fotos desde la ventana del tren durante el viaje de cuatro horas desde Cluj-Napoca a Oradea.
Las pequeñas granjas Rumanas eran modestas pero limpias y bien aseadas.
Montones de abono esperando ser desparramados a mano.
El Vulturul Negru de la Piata Unirii de Oradea es uno de los edificios más extravagantes que he visto. Este establecimiento impresionante, construido en 1908, contiene un centro comercial y galería, un cine, varios bares y restaurantes así como el hotel donde tuve una habitación grande con el cielorraso a 5 metros de altura por solo $US 5,80.
La mayor parte estaba definitivamente arruinada pero el lugar me gustó mucho y me alegró ver que estaba siendo cuidadosamente restaurado a su antigua gloria. Los precios van a subir sin duda a los de un cinco estrellas cuando la restauración se termine así que no se lo pierdan mientras todavía es una gran ganga.
Abajo, la galería de compras y una vista del trabajo de restauración en progreso.
La Municipalidad de la Ciudad de Oradea esta justo cruzando la Piata Unirii desde el Vulturu Negru.
También en la Piata Unirii se encuentra esta elegante Biblioteca Central y la iglesia de la Luna que se muestra abajo, al final de esta página.
La Piata Republicii y el Teatro Estatal Allami Szinhaz están del otro lado del Río Repede.
Cerca, la calle peatonal Republicii corre hacia el norte hacia la estación de trenes en la Piata Bucuresti.
Abajo a la izquierda, otra vista mas al norte sobre la calle Republicii y a la derecha, una foto de la Ortodoxa Iglesia de la Luna llamada así por el mecanismo en la torre que muestra las fases de la luna.
Mi corta estadía en Oradea fue sumamente placentera, encontré a la gente abierta y amistosa, no había tantos turistas, la comida era buena y los precios bastante razonables. Tengo la sensación que este lugar va a estar atestado de turistas cuando se vuelve más conocido.