Capital: Road Town
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Descubiertas por los españoles en 1493, las islas fueron primero colonizadas por los granjeros holandeses antes de caer en manos de los ingleses en 1666. En 1672 fueron anexadas a la Federación de las Islas Leeward, pero el gobierno civil fue introducido sólo en 1773. Fueron gobernadas como parte de la Federación desde 1872 hasta 1956 e independizadas desde entonces. Las IVB son aún una colonia de la Corona con un gobernador estabecido por Londres pero ellos están autogobernadas por un Concejo Legislativo. Las Islas Vírgenes Británicas tienen solo 20.000 residentes, ¡pero proveen a 280.000 turistas al año!. Esto es 14 visitantes por cada hombre, mujer y niño de todas las islas. Esa es la relación turista - residente más alta del mundo. Y aún más, ellos dependen del turismo en un 80 por ciento de su producto neto interno. Estas dos relaciones le dan a las Islas Vírgenes Británicas un Indice de Saturación Turística (IST) de 11,18, ¡el más alto del mundo!. |
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CIA Country Reports Lonely Planet Traveldocs |
Disfrute del escenario de las Islas en el ferry de Charlotte Amalie en St.Thomas
a West End, el primer puerto de arribo en Tortola.
Hay unos 1.300 cuartos de hotel en las IVB para un población de 20.000. La otra actividad económica es el hospedaje libre de impuesto de CIN (Compañías Internacionales de Negocios).
Yo supongo que seguramente podríamos calificar a los residentes de las
IVB como "sirvientes de turistas".
Tortola no es barato. El pequeño hotel "Jolly Roger", en West
End, es el lugar más barato para dormir en Tortola pero te cobran 50 $US por
noche.
Acá tenemos una toma dramática de la marina de West End.
Una vista de la Isla entre West End y la capital, Road Town.
Eran como las cinco de la tarde cuando me bajé del ferry en Road Town. Había
planeado quedarme una noche allí en el Wayside Inn Guest House donde esperaba
pagar unos 50 $US.
Cuando les pregunté a un grupo de choferes de taxis afuera de la terminal del ferry, dónde estaba el Wayside Inn, me dijeron que había cerrado y que no encontraría un cuarto en Road Town por menos de 100 $US. No fueron para nada cooperativos y comenzaron a ponerse hostiles cuando les pregunté por un hospedaje barato. Me di cuenta que para ellos, yo no era un ser humano sino solo un turista para ser limpiado tan eficientemente como sea posible.
Justo entonces, comenzó a llover, se ponía el sol y las vibraciones no eran las correctas. Por suerte sabía los horarios de los vuelos así que le pagué a uno de estos bastardos 20 $US para que me llevara unos pocos kilómetros al aeropuerto, en Beef Island donde apenas me las arreglé para tomar el vuelo de las 7:30 a Sint. Maarten. ¡Estaba feliz de haber escapado de esa trampa!