Capital: Nueva Delhi
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Mis primeras cuatro visitas aquí, viajes de negocios en que he pasados cómodamente en hoteles de primera clase, fueron completamente diferentes de esta excursión mochilera básica, que me conectó brutalmentente con la dura realidad de la injusticia social de India. Ver la miseria a través de la ventana de un taxi es duro, pero no es nada comparado con tener que rozarse hombro con hombro con ella diariamente, en las áreas más pobres de las grandes ciudades de India. Esta segunda vez, confirmé mi sospechas de que India es una revolución que no ocurrió en el tiempo que debía, después de la II Guerra Mundial. Los nobles ideales de una importante reforma social promovida por Gandhi, Nehru y Ambedkar (quien redactó la constitución), y adoptados por el Partido Congresista de la India fueron destruidos sistemáticamente por políticos que perseguían intereses poco liberales de su clase social; mientras daban una apoyo fingido a la democracia. Se dice que India es la democracia más grande del mundo. No hay discusión en cuanto a su tamaño, un billón es grande, pero yo no creo que un país en el que sus mayores prioridades en los últimos 50 años han favorecido una pequeña minoría a expensas de la mayoría puede llamarse "una democracia". La preferencia por el desarrollo de grandes industrias en vez de infraestructuras agrícolas (carreteras, irrigación, entrenamiento), es elocuente en un país donde el 80 por ciento de su población vive de la tierra. En mi opinión, la prioridad que se le ha dado a la enseñanza superior en universidades e institutos de investigación en vez de escuelas de educación primaria, es un crimen en un país donde al 52 por ciento de la población aún no se le ha enseñado a leer y a escribir. Las personas acostumbradas a la operación razonablemente imperfecta del proceso democrático, no entienden cómo los representantes de la mayoría puedieron haber tomado éstas y muchas otras decisiones que evidentemente van en contra de los intereses de sus constituyentes. Obviamente, la evolución de los valores sociales que se esperaba los reformadores en 1947 no se hizo visible, y el tradicional lavado de cerebro y manipulación hindú sigue sin disminuir. La revolución mental que acompañó la reconstrucción de Europa en los años 50 y el movimiento de la descolonización mundial en los años 60 no ocurrió en la India. La separación entre ricos y pobres es tan marcada aquí como lo era entre los amos blancos de la colonizacion y los nativos negros analfabetas de África durante el siglo 18. En India, los "amos" y los "nativos" son de la misma raza pero de diferente casta. No es posible entender a la India no es posible sin comprender primero la abrumadora influencia de las castas aún hoy en día y que requiere algunas nociones acerca del hinduísmo. Espero que mis impresiones de la India, ayuden a explicar cómo la democracia de palabra puede tener un significado distinto en India que en el resto de países, Europa o Norteamérica, por ejemplo. |
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Volé de Yangon en una mañana brillante del lunes, despúes de una parada temporal durante la noche en Dacca. Calcutta no ha cambiado mucho desde que estube aqui la última vez en 1973, las personas aun acampan en las aceras, como estas tres o cuatro familias, en la calle Sudder junto al Museo de la India.
Primero me quedé en el Calcutta Guesthouse en un callejón fuera de Hargord Lane pero me trasladé despúes de una noche ahí, a un lugar más limpio, el Capital Guesthouse en Chowinghee Lane.
Calcutta aun tenía estas calesas orientales de dos ruedas jaladas por un hombre, las cuales han sido reemplazadas por calesas de pedales en todas las demás partes de India. Una señal de los tiempos modernos...
Esta es la verdadera India. Las tres cuartas partes de la población siguen viviendo en pequeñas aldeas como ésta vista desde el tren caminando de Calcutta a Varanasi. La disciplina de las castas no ha disminuido en lo absoluto, durante siglos en estos lugares.
Los sacerdotes Brahmanes de casta alta, los terratenientes Kshatrya y los comerciantes Baniya, viven en sus propias áreas cerca de donde vive la gente de castas Sudra o Dalitbahujan (Dalit=población reprimida y explotada, bahujan=mayoría), pero ahí hay menos interacción social entre ellos de la que había entre los granjeros blancos rodesianos y sus trabajadores negros en el siglo pasado.
Aquí hay una de las calesas con pedales que mencioné antes, está dando la vuelta de Bansphatak Road hacia Dasasvamedha Ghat Road, en el corazón de la ciudad santa que también se le llama Benaras y Kashiji (ciudad de luz).
Abajo, a la izquierda, el Hotel Sunshine, donde obtuve un buen cuarto por sólo US$4.70; y a la derecha, uno de los tantos santuarios temporales construido en honor de la diosa del aprendizaje, Sarasvati, para su festival annual.
Por supuesto que las vacas tienen la vía en Madanpur Road, así como la tienen en los otros lugares de India. El toro Nandi era respetado como montura de Shiva desde el principio de los tiempos de los Vedas, sin embargo, el ganado moría para el ritual de sacrificio "Yajna" y los sacerdotes Brahmanes se comían la carne, hasta el siglo IV, durante el Imperio Gupta, cuando los Brahmanes se convirtieron en vegetarianos para parecer sumamente respetuosos de la vida y por lo tanto más santos que su competencia, los Budistas y Jains. Durante este período, la casta Brahmán ganó absoluta supremacía sobre las otras castas y el Budismo prácticamente desapareció de India.
El toro Nandi.
Cuando los brahmanes se convirtieron en vegetarianos, los reyes Gupta hicieron de la matanza de ganado un crimen en contra de Ahimsa (el respeto de toda vida) y los sacerdotes hicieron del comer carne un sacrilegio para los miembros de la comunidad hindú que no eran brahmanes .
Posteriormente, se volvió Era costumbre contratar mercenarios que hubieran perdido su casta, llamados "hombres quebrados", para cuidar los pueblos y hacer trabajos sucios. Estos hombres sin casta no tenían tierra. Vivían en las afueras de los límites de la aldea y se les pagaba con alimentos, dándoles derecho sobre aquellos animales que morían por causas naturales.
De acuerdo con algunas fuentes, cuando estas personas, y otros como las tribus nómadas fuera del sistema hindú, seguían comiendo carne, los brahmanes se desquitaban haciéndolos "intocables" a los miembros de la comunidad hindú.
La gran cantidad de población ganadera en India proporciona tracción, leche y combustible para cocinar (estiércol seco). Todas a excepción de unas pocas vacas lecheras son alimentadas de manera mínima (desperdicio y paja). Producen un poquito más de un litro de leche al día. Los búfalos son apreciados por el alto contenido en grasa de su leche.
Abajo, a la izquierda, una estrecha vereda o "gali" junto al Templo Bhaironath; y a la derecha, un gali residencial.
La ciudad de Benaras atrae a millones de peregrinos hindús que acuden a los más de 100 "ghats" para bañarse en aguas santas, al igual que muchos turistas. Aquí vemos un bote lleno de ellos en el Ganges, viendo al Sur, hacia el Jalasen Ghat.
El Jalasen Ghat es un ghat para incineraciones sin ningún cadáver cuando llegué.
Actividad también era poco en Manikarnika Ghat, que normalmente es el principal centro de incineraciones de la ciudad.
El graderío en Lalita Ghat lleva a un templo nepalés que está arriba. La religión Nepalesa es una mezcla distintiva entre el hindúismo y el lamaísmo budista.
No encontré nada especial qué decir acerca de este Bairavi Ghat.
El Man Mandir Ghat, es uno de los más antiguos, fue construido por Maharaja Man Singh de Amber en 1600 y fue convertido en un observatorio por el Maharaja Jai Singh de Jaipur en 1710.
Vista al sur desde Man Mandir Ghat.
El Dasasvamedha Ghat (ghat del sacrificio de 10 caballos), está céntricamente ubicado y se llega fácilmente a través de una amplia calle, mientras que los demás llevan a un laberinto de callejones. Muchos botes de turistas salen de aquí.
Vista al sur desde Dasasvamedha Ghat.
Se llevaban a cabo cuatro o cinco incineraciones cuando visité el Harishchandra Ghat. La mayoría eran un montón de cenizas humeantes cuidadas por unos sirvientes "Dom" intocables.
Esta cremación era de un hombre muy gordo, cuya blanca gordura podía verse derritiéndose y goteando sobre los leños de sándalo. Algunos de los observadores eran turistas como yo, pero la mayoría eran probablemente sus familiares y amigos, muchos de los cuales se reunían alrededor de la hoguera fúnebre para tomarse fotografías con los restos del difunto que estaban envueltos en seda roja y dorada.
Una incineración Benaras adecuada como ésta vale una fortuna debido a que el sándalo es muy costoso y los "Dom" cobran una fortuna por el trabajo impuro de manipular el cuerpo. ¡Hay cremaciones eléctricas disponibles para las personas ordinarias, pero los rituales baratos dan menos méritos!
El Karnataka Ghat al sur de Harishchandra Ghat también es un ghat para cremaciones.
Llegué aquí tan sólo unos cuantos días despúes de que la productora, Deepa Metha y su equipo de trabajo tuvieran que irse a causa de una protesta violenta de 10 días, por parte de Hindutva (fundamentalista hindú); personas que se oponían al tema de la película llamada "Agua" que ella planeaba filmar en Varanasi.
La película planeba exponer las dificultades de las viudas brahmanes, que ya no son obligadas a cometer el acto de ser inmoladas en la hoguera funeraria de su marido, ya que los británicos en el siglo XIX lo convirtieron en algo ilegal. Sin embargo, tienen prohibido casarse de nuevo y son forzadas a retirarse a "casas de viudas" por las cuales Benares es famoso. Deepa Metha obtuvo las autorizaciones del gobierno necesarias para grabar el guión, pero los protestantes, dirigidos por el "Kashi Sanskriti raksha Sangharsh Samiti" (KSRSS), una emancipación del fascista "Rashtriya Swayamsevak Sangh" (RSS), distribuyeron versiones modificadas que contenían pasajes incendiarios diseñados para encender la furia de la intolerancia religiosa.
El Gobierno Central de India, que está atado por la constitución para mantenerse secular y abstenerse de toda inclinación religiosa, no defendió los derechos de la productora, sino cedió a la censura violentamente impuesta por un pequeño número de fanáticos hindús extremistas. Esta inactividad es sólo una de las muchas señales de la pérdida del carácter secular del gobierno hindú y el crecimiento del fundamentalismo en India.
Abajo, a la izquierda, un lugar santo en la antigua ciudad; y a la derecha, el nuevo Templo Vishvanath construido por los Birlas en terrenos de la Universidad Benaras Hindú. Los Birlas son una familia de industriales inmensamente ricos, quienes han construido templos Birlas en muchas ciudades. Los Birlas ocupan la estratósfera con los Tatas, Bajajs, Mahindras y un par más de familias privilegiadas que quizás son más ricas que el presuntuoso Bill Gates. Ellos son sin duda más santos pues se han ganado su alta posición con la acumulación de un karma positivo a través de sus existencias pasadas. Su pequeño grupo es dueño prácticamente del gobierno, a pesar de los rituales de las elecciones "democráticas" en que la clase política participa de vez en cuando.
Debidamente impresionado con la religiosidad y la devoción demostrada por los peregrinos hindúes a la Santa Madre Ganges, pero también por el crecimiento de la intolerancia religiosa en India; tomé mi calesa de ruedas a la estación del tren para alcanzar el tren nocturno hacia Satna, en mi camino a Khajuraho.
Tuve unas cuantas horas disponibles para observar a la gente en los cuartos de espera y tratar de imaginarme cuál sería el significado de la vida para este anciano o para el tipo que se ve próspero o para la jovencita... Me gusta hacer eso a veces, cuando tengo que pasar algún tiempo en un lugar público. Es divertido, dejo que mi imaginación vuele y se me ocurren cosas muy salvajes al querer combinar una personalidad con un rostro.
Esta vez, fue todo un fracaso, pues no podía establecer una conexión entre lo que había aprendido del sistema de creencias hindú y los valores que puedo imaginar y poner en cristianos europeos y norteaméricanos, en árabes o musulmanes malayo-indonesios, o en Budistas Therevadas o Mahayanas . Llegué a la conclusión que la mayor diferencia entre el hinduísmo y estas otras tres escuelas de meditación era la esperanza. O por el contrario, la ausencia de ella, pues la rígida operación de causa y efecto del principio del karma lo explica todo irrevocablemente y no deja espacio alguno para la esperanza en el perdón de Dios y su benvolencia.
Aún los fatalistas musulmanes pueden esperar que Dios les permita mejorar sus situaciones. A la casta baja hindú y a los Dalitbahujans aún más cruelmente menesterosos se les ha hecho creer que están metidos en esa situación porque se lo merecen por tener un mal karma en sus vidas pasadas. No hay esperanza para ellos; los dioses quieren que estén asi.