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Impresiones de Myanmar en 2000

 

Las impresiones se hacen de pequeñas porciones y piezas de información; por lo tanto, son superficiales comparadas con la evaluación profunda que puede resultar de el análisis profesional de una base de datos completa. Mis impresiones generales de Myanmar son positivas con respecto a las personas y negativas en lo que concierne al gobierno. Pero éstas sólo son impresiones.

Empezó mal. La embajada de Myanmar en Ottawa me había dicho que era posible entrar a Myanmar desde China por el puesto fronterizo de Mu-se, pero su consulado en Kunming declaró que el aeropuerto Yangon era el único lugar autorizado para el ingreso de extranjeros que no pertenecían a países vecinos. Por eso viaje vía Chiang Mai y Bangkok pues me salía más barato que volar directamente desde Kunming a Yangon.

Parece que la circulación de la información no es muy eficiente entre varias administraciones del país, ya que conocí a una pareja australiana en Mandalay que voló directamente de Chang Mai. Esto no me dio una buena impresión.

Finalmente llegué a Yangon donde conseguí un autobús nocturno para Taunggyi en el estado Shan, no muy lejos de las famosas aldeas anfibias que construyeron las tribus Intha alrededor del magnífico Lago Inle.

Visité los mercados de Taunggyi, Naungshwe, Heho y Pyin U Lwin, con la esperanza de tomar fotografías de las minorías étnicas al igual que lo hice en China, donde se les reconoce como nacionalistas y donde las personas están orgullosas de usar sus trajes nacionales para mostrar sus diferentes identidades. Me sentí decepcionado al ver que casi todos se vestían de la misma manera. Tomé unas cuantas fotografías para mi página web, pero son menos coloridas que las de China. Me explicaron que aquí las minorías tienden a vestirse igual a la mayoría birmana para evitar llamar la atención de las autoridades que, en ocasiones, han ejercido una cruel represión hacia los Shan, los Kashin, los Chin y los Karen, sólo por nombrar a los más importantes dentro del pueblo dominado y marginado por la dictadura militar actualmente en el poder.

La junta militar afirma que ha firmado acuerdos de paz con muchos de los grupos rebeldes que estaban peleando por la autonomía que les prometieron en el Tratado Panglong de 1947, el cual nunca ha sido respetado por el gobierno central. Sin embargo, es razonable dudar el cese de conflictos armados que asegura la junta  porque en más de la mitad del país aún le esta prohibida la entrada a los extranjeros. Yo pienso que probablemente sólo existe un cese al fuego de manera temporal pues el problema de los derechos de la minoría siguen sin resolverse.

Es muy difícil averiguar que esta sucediendo, incluso para alguien local, pues los medios de comunicación están controlados muy de cerca y todos los que conocí (comerciantes pequeños, servidores civiles y empresarios), tenían miedo de hablar sobre política. Un valiente ex-estudiante me confió que la "Inteligencia Militar" tiene informantes por todas partes y se requería extrema discreción pues "personas estaban desapareciendo".

El diario oficial en el idioma Inglés, "New Light of Myanmar", presenta sistemáticamente una vindicación, presumida y muchas veces infantil, sobre las acciones del gobierno (El Consejo de Paz y Desarrollo del Estado encabezado por el general Than Swe). Esto da una mala impresión y uno sólo puede suponer la clase de propaganda que están dando los medios de comunicación en el idioma birmano. La oposición, si hay alguna, es en secreto o fuera del país; y las universidades han estado cerradas desde 1996 debido a manifestaciones estudiantiles a favor de Aung San Suu Kyi, la hija del héroe Aung San, padre de la independencia nacional de Gran Bretaña. Su fama mundial y su Premio Nobel de la Paz explican sin ninguna duda porqué aún esta viva.

Aquí y allá, enormes carteleras proclaman el apoyo del pueblo para el Tamataw (Fuerzas Armadas) en la lucha por paz, orden, moral, desarrollo, unidad nacional y en contra de neocolonialismo, influencia extranjera de corrupción y... ¡SIDA! Tiene que verlo para creerlo, ¡pensará que estaba en China durante la Revolución Cultural!

El pueblo soportó esa dictadura sin ninguna queja. Ellos son muy pobres y su principal preocupación es sobrevivir día a día. El servidor civil promedio gana solamente 15 dólares al mes y el salario por el trabajo manual es sólo la mitad de eso. El pueblo definitivamente debe sospechar la impostura que el régimen representa, pero sin prensa libre e Internet, es difícil que se den cuenta hasta que punto ha retrocedido en relación al progreso alcanzado por los países circunvecinos. ¡En todas partes han permanecido hospitalarios y amigables a pesar de la propaganda de xenofobia del gobierno!

Ellos toman solaz de su miserable condición de vida en su religión, que asocia el culto de los buenos y malos espirites (los Nats) con el Budismo Therevada, el cual se practica aquí igual que en Sri Lanka, Tailandia, Cambodia y Laos. Templos, monasterios y lugares de peregrinaje se han enriquecido con las donaciones de personas pobres que se privan a sí mismos para ganar méritos y así ¡nacer a una mejor vida en su existencia futura!

Es difícil no molestarse al ver estas poblaciones, crédulas e inocentes, sumergidas en la obscuridad de la falta de información, de ignorancia y supersticiones, y aisladas del resto del mundo por una junta militar más y más prospera que las domina completamente.

Hubiera preferido recordar sólo mis impresiones de la interesante diversidad cultural de los grupos étnicos que se encuentran aquí, o  de la sorprendente belleza de los innumerables templos construidos alrededor Bagan cerca de los siglos XI y XIII; pero las miserables condiciones que he observado han eclipsado estos aspectos positivos y me han dejado con un sabor amargo en la boca.

 

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