Eso fue hace mucho tiempo en Washington D.C. Había de todo en ese saco de 35 kilos.
Todavía viajo con mochila pero ahora nunca pesa más de 10 kilos.
El Jefferson Memorial
Acampando en la playa en Carolina del Sur camino a Miami.
Mi ruta me llevó alrededor de la península de Gaspé, hasta Boston, pasando New York, Baltimore y Washington, hasta Miami y Key West, hasta Nashville, a través de Memphis, Little Rock, Jackson, Baton Rouge hasta Nueva Orleans, luego a Houston pasando a México por Brownsburg y luego a Monterrey, San Luis Potosí, Ciudad de México y Acapulco antes de retornar vía Manzanillo, Mazatlán, Nogales, San Diego, Los Ángeles, San Francisco, Seattle, Victoria, Vancouver, Lethbridge, Regina, Winipeg y Hearst en Ontario del Norte. Un total de 15 000 millas o casi 25 000 kms en cuatro meses de hacer autoestop (y montando en unos cuantos vagones de carga)
Aquí estoy visitando a mi tío Narcisse, su segunda esposa y un amigo en Miami Beach. Había arreglado unos cuantos contactos durante el camino, amigos en Nueva Orleans, un pariente en Houston, amigos en México y Los Ángeles y mi hermana Andrée en Hearst.
La Basilica de Guadelupe en la Plaza del Zócalo.
Un colorido mercado cerca de donde me estaba quedando por menos de un dólar la noche.
En México me encontré con un gran grupo de escaladores, los voluntarios del Socorro Alpino de México. Nos la llevábamos a las mil maravillas y tuvimos grandes fiestas en su casa club, que consistía en unas cuantas habitaciones en un deteriorado edificio de oficinas. Aquí estamos patrullando el volcán Popocatepetl de 5 452 metros de altura.
Una parada para preparar té y comer algo. Esa caja grande es el voluminoso radio de dos vías que teníamos que cargar para mantenernos en contacto con la base de seguridad de la montaña. ¡Eso fue en 1956, antes de la era del transistor!
El clima empeoró y una tormenta envolvió la montaña.
De todas maneras subimos a la cima. El ascenso a Popocatepetl no es técnicamente difícil pero es una montaña grande.
Había dejado de nevar cuando llegamos a la cumbre pero no fue posible ver el fondo del cráter debido a las nubes. Cuando estábamos aquí arriba recibimos una llamada para buscar a una pareja de suizos que habían subido sin un guía y estaban retrasados en llegar. Había dos equipos en la montaña. Nosotros buscamos hasta bien entrada la noche y finalmente nos encontramos con el otro equipo que había encontrado a la pareja desorientada y sufriendo de hipotermia y los estaban llevando abajo. ¡Nos alegraba estar abajo después de haber pasado 20 horas en la montaña!
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Continúo desarrollando esta página web por el placer de comparir con ustedes la dicha del descubrimiento. Conocer gente maravillosa de todos los colores de piel, orígenes étnicos y creencias me ha inspirado a crear la Fundación Humanística de Quebec para promover el pensamiento crítico y la tolerancia intercultural. Pueden bajar y usar las fotos del globetrotter siempre y cuando mencionen "foto de Bernard Cloutier" con un vínculo a este sitio debajo de cada foto. Las versiones en alta resolución pueden adquirirse por medio de nuestro agente Travel-Images.com.. |
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