A mediados de julio me tomé unos días libres para visitar a mi amiga Irène que vive en Rimouski, unos 330 km más allá de Ciudad Québec. Irène me llevó a los alrededores desde "Le Bic" (extremo izquierdo de este mapa), hasta "Pointe-au-Père" (extremo derecho), así que pude tomar estas fotos para usted.
Rimouski es una ciudad pequeña de menos de 50 000 habitantes pero tiene una universidad, una academia de música, varios museos y galerías de arte, un centro de investigación marítima y gente orgullosa resuelta a hacer de su ciudad un significativo centro cultural.
Ubicada justo más allá del alcance de las mareas más altas, su casa disfruta de las fabulosas vistas del gran Río Saint-Laurent a medio camino entre Rimouski y Pointe-au-Père. La costa norte puede verse a veces a través de 40 km de agua de mar en días despejados.
El clima era excelente, el mar estaba calmado y el atardecer plácidamente delicado pero Irène me dice que ésta es sólo una de las muchas caras del imponente Saint-Laurent. Toda la variedad de vistas desde su pórtico es importante para Irène como artista y profesora de historia del arte.
Esta panorámica, iniciando con Irène al frente de la casa club, muestra la marina de Rimouski con una variedad de botes de placer de vela y de motor. Rimouski también tiene un puerto comercial y pesquero y un terminal de ferry que funciona en la costa norte desde Forestville hasta Blanc-Sablon.
Aquí, en el centro de Rimouski se encuentran una vieja iglesia transformada en un museo regional, la catedral tradicional y un moderno centro de artes rodeado de cristales ubicado entre las dos a pesar de las protestas de los elementos más conservadores de la comunidad.
La escultura moderna en un parque cercano también fue objeto de mucha controversia.
Aquí está otra vista del campanario de la catedral visto desde la calle de la Catedral.
Irène y yo vinimos aquí para visitar el estudio y galería de "Basque", un artista que yo había conocido en 1960, cuando tenia una galería de arte en Sherbrooke, pero estaba cerrado así que tomé esta foto de su jardín de rocas.
Viajando hacia el oeste, visitamos la encantadora aldea de Bic que vemos aquí.
Con una casa tradicional de Québec..
...el hermoso "Auberge Mange-Grenouille" rojo...
...con su agradable jardín con vista al río Bic que desemboca en el imponente Saint-Laurent.
... y el colorido contraste entre el azul "Auberge des Iles" y el colindante edificio amarillo de la galería de arte.
Finalmente, tomé esta foto de la iglesia de la aldea antes de viajar al este más allá de Rimouski, hacia el faro de Pointe-au-Père.
Aquí está el faro de Pointe-au-Père construido en 1909 en una punta de tierra que avanza hacia el Saint-Laurent. Una fatídica noche nublada, el 29 de mayo de 1914, el buque Empress of Ireland acababa de dejar a su piloto aquí y estaba avanzando hacia el mar abierto de camino a Liverpool cuando fue golpeado por el barco carbonero noruego Storstad a las 2:00 a.m. El Empress se hundió en 14 minutos perdiendo a 1012 de los 1477 pasajeros y tripulación a bordo.
No, éste no es el resultado de un terremoto, es el Museo en Memoria del Empress of Ireland construido así con parte de él inclinándose de la misma manera que lo hacen los restos del naufragio en el fondo del mar a 8 millas de la punta. Redescubierto en 1980 a sólo 150 pies de la superficie, los restos del naufragio se han convertido en un destino de primera para los buzos a los que no les importa el agua helada y las corrientes de 5 nudos.
Terminada mi visita, tomé esta foto de Rimouski desde el bus.
Y ésta del río Bic desbocando en el Saint-Laurent con la marea alta.
La encantadora Rimouski y su tranquilo campo fueron un cambio tal con respecto a la bulliciosa Montréal que podría haber estado en un país o época diferente.
Tomé una foto de esta bien cuidada aldea pero no anoté su nombre.
Otra vista del Saint-Laurent más allá de los campos verdes.
Una típica granja lechera con un granero grande para almacenar suficiente heno para alimentar a las vacas durante el largo invierno.
Ésta también tiene un silo para el ensilaje del maíz y dos graneros para los complementos del grano.
Esta gran casa con tres carros probablemente pertenece a algún habitante de la ciudad atraído por la vista.
Empezó a llover así que me sumergí en un libro por el resto del viaje de 7 horas hasta Montréal.
A los montrealenses también les encanta tener una residencia secundaria donde pueden escapar del ajetreo, el bullicio y la polución de la ciudad para disfrutar la belleza tranquila de la naturaleza. No tienen que ir lejos para llegar a las estribaciones de las montañas Adirondack en los Cantones del Este, al sureste o a las antiguas montañas Laurentianas cerca, hacia el norte.
Las montañas Laurentianas son parte de la tierra emergente más antigua del planeta. Son el resultado de varios ciclos de elevación y erosión que tuvieron lugar antes de que la vida explotara en una multitud de formas en el período cámbrico hace 550 millones de años. En aquella época, la corteza emergente de la tierra se unió en una sóla masa de tierra llamada Pangaea que se dividió hace unos 200 millones de años para formar los continentes que conocemos hoy en día. Pueden ver la división de Pangaea haciendo click en la pequeña imagen de la derecha.
La última glaciación dejó a las Laurentianas llenas de hoyos con pequeños lagos que proporcionan el perfecto escenario para una residencia secundaria cerca de la naturaleza. Estaba lloviendo cuando visité el refugio de mi amigo Luc en agosto sin embargo, la niebla tenía un carácter mágico que traté de atrapar para usted en la panorámica de abajo de Lac Clair cerca de Saint-Côme 130 kilómetros justo al norte de Montréal.